Si hay alguien en todo este lío de
las 317 VPO de Loma Comenar que no sea culpable, ese es
Nestor García, nuevo consejero de Fomento. El joven abogado
acaba de llegar y le ha tocado lidiar con un miura bastante
complicado. Se le nota que llega con ganas de hacer las
cosas bien, desprendiendo ese ímpetu del recién llegado.
Algo muy positivo siempre y cuando ese ímpetu no termine
convirtiéndose en osadía.
El nuevo consejero de Fomento se
ha lanzado a escribir un extenso artículo sobre la
adjudicación de la promoción de Loma Colmenar; impecable
desde el punto de vista jurídico y administrativo, pero que,
sin embargo, no aporta nada nuevo a lo ya conocido hasta
ahora. Además, García se permite el lujo de opinar sobre lo
sucedido en Emvicesa durante el último año con un
desconocimiento total, debido simplemente a que, por
entonces, ni soñaba con ser consejero de Fomento. Dicen que
nada hay más atrevido que la ignorancia. Y es que la
ignorancia es fuente de error, y cuando el error se toma
verdad, la propia equivocación se defiende con ardor y sin
rubor.
Nestor García expone en su
artículo que los críticos con el Gobierno presentan “como
argumento las instrucciones que dio a los trabajadores de
Emvicesa su jefe el exviceconsejero de Vivienda para que
prepararan los contratos y llamaran a los supuestos
adjudicatarios, aún cuando no existiera ni convocatoria ni
resolución de adjudicación, y se obvia las instrucciones que
este señor había recibido de sus superiores, la consejera de
Fomento y el presidente de la Ciudad, para que no se
iniciara el procedimiento de adjudicación hasta que se
celebraran las elecciones y se constituyera la nueva
Comisión Local de Vivienda”. En este sentido, el consejero
de Fomento se equivoca. Es precisamente porque no se obvian
estos hechos, por lo que se piden explicaciones serias más
allá de la palabra de uno contra la del otro, que obligue a
tener que realizar un acto de fe para creer que la ex
consejera de Fomento no tenía ni idea de qué estaba haciendo
su Gerente de Emvicesa en los últimos meses en relación con
unas viviendas que se iban a entregar de inmediato.
Además el nuevo consejero de
Fomento se vuelve a equivocar cuando en su artículo afirma
que a los críticos “nada de esto esto les parece extraño,
como tampoco que Emvicesa hubiera adjudicado las casas
(hasta el punto de pretender empezar a firmar los contratos)
sin que lo supiera la presidenta del Consejo de
Administración ni el presidente de la Ciudad, ni tampoco les
sorprende que la lista se publique prácticamente al día
siguiente de que tomara posesión el nuevo Gobierno y cuando
el señor López estaba cesado, ni tampoco que la comunicación
pública de la adjudicación se realice de manera sorpresiva y
mediante la filtración a un único medio de comunicación.
Todo esto, la falta de procedimiento, de resolución y la
ocultación es algo que no les despierta la más mínima
suspicacia. Ver para creer…”. Y García se equivoca por que
es precisamente la extrañeza y las suspicacias que estos
hechos despiertan, las que provocan que los afectados monten
en cólera y que desde muchos sectores se exiga una
investigación seria.
No obstante, hay que
reconocer que el Gobierno de Vivas ha hecho lo que tenía que
hacer: poner los hechos en manos de la Justicia y mostrar su
apoyo a la creación de una comisión de investigación. En ese
sentido su actuación ha sido impecable. Por tanto, solo
queda pedir tranquilidad a todos los afectados, y desear que
la sangre no llegue al río. Aquellos que crean que se han
vulnerado sus derechos tienen las vías que marca la Ley. Ni
más no menos. Cualquier otra conducta sería reprobable y
condenable.
|