No me cabe la menor duda de que el
nombre y el escudo del Madrid no serían mancillados por
ningún niñato, por muy primera figura que uno fuera, y a las
pruebas nos podemos remitir, el más grande de todos, el que
dio nombre, de verdad y títulos, Alfredo Di Stefano, cuando
ya no estaba para seguir siendo una primerísima figura, se
fue, se tuvo que ir y terminó sus días de futbolista fuera
del Real Madrid, en el Español. Y era el gran Di Stefano.
Con Bernabéu en la presidencia del
Madrid, el culebrón que se ha venido dando con Casillas no
se hubiera dado, y toda la serie de reclamaciones, de última
hora, no se habrían hecho, porque con contrato hubiera
seguido, se le hubiera respetado ese contrato, como ahora
también se le ha respetado, y si no estaba en condiciones
para jugar habría estado mucho más cómodo, sin que nadie le
molestara, viendo los partidos desde la grada, cosa que él
no quiere.
Y es que lo de los últimos dos o
tres días ha sido de aurora boreal, con todas las ventajas
para el jugador y presionando constantemente al alza, hasta
hartar al mismísimo Madrid. Ahí está, ahí es donde se ve el
cariño a unos colores, por muchos años que se lleve en un
club. Ahí se sigue viendo ese amor por el escudo, que no
deja de ser una burda mentira, en cuanto hay, de por medio,
unos miles de euros.
Llegados a esta situación, hay que
hacer una mención muy especial de Zidanne que sin ser de la
cantera, sin haber exhibido jamás tanta parafernalia con el
escudo, cuando tras un mundial se dio cuenta de que las
fuerzas le fallaban, fue él el que se dirigió al propio
presidente del club para decirle que ya no era el mismo, que
su juego iba a la baja y que si quería rescindían el
contrato, sin más.
¡¡Ojo!! Que el contrato de Zidanne
rondaba los mil millones de pesetas. El contrato se
rescindió y cada uno ha quedado donde tiene que quedar, en
el sitio justo de lo que fue un gran deportista y más que
eso una persona honorable.
Es cierto que Casillas ha dado
mucho al Madrid, han sido muchos años en la entidad, pero no
menos cierto es que el Madrid le ha dado todo a Casillas y
lo que está claro es que jamás hubo ningún deportista que
haya sido tan bien tratado por una gran parte de la prensa,
cantando sus buenas intervenciones, pero silenciando
vergonzosamente, sus fallos que, en los últimos tres o
cuatro años, han sido muchos y muy grandes, y si no basta
con echar una mirada al último Mundial y a la final de la X,
cosas que los defensores a ultranza no saben o no han
querido ver, así como tampoco parece quererlo ver el propio
seleccionador nacional.
Buen portero lo ha sido, sin duda,
pero el mejor de la historia ni de lejos y los años, ya
tengo unos cuantos, me traen a la mente, en la propia
geografía española a Antonio Ramallets, al Chopo Iribar, a
Zamora yo no lo conocí. Fuera de nuestras fronteras
estuvieron a más altura que Casillas el ruso Yashin, el
checo Schroich, y tampoco fueron inferior a él alguno de los
italianos de los últimos cincuenta años, un tal Bufón,
distinto del Bufón de casi nuestros días, el alemán Tilkosky
que defendió la portería germana en la final del mundial de
1966 en Inglaterra.
Son, a simple vista, guardametas
que hemos conocido, y no voy a despreciar a Casillas, no,
pero tampoco hay que ponerle en el principal de los
pedestales, como más de uno, en la prensa de hoy y de hace
diez años lo ha venido poniendo.
La ida de Casillas al Oporto
va a beneficiar a ambas partes, con lo que, desde el
madridismo que llevo, desde hace muchos años, hoy le podemos
decir:”tanta gloria te lleves como tranquilidad dejas en el
Madrid de hoy”.
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