Dios declaró que la única causa de
la guerra, cuando no hay otra alternativa, es el forcejeo
por la causa de Dios (la yihad). Él definió el propósito de
los fieles y de los infieles de una manera clara y decisiva:
‘Quienes creen, combaten por la causa de Dios; quienes no
creen, combaten por la causa del Seductor. ¡Combatid pues a
los partidarios de Satanás; ciertamente, la astucia de Satán
es endeble’. El territorio regido por el sistema islámico y
gobernado por la ley del Islam (Shari´ah) es considerado
como ‘Reino del Islam’ (…) El territorio no regido por el
sistema del Islam o que no está gobernado por su ley es
considerado como el ‘Reino de la Guerra’”. Palabra de Sayyd
Qutb en “Ésta es la religión”, según traducción del Comité
Cultural del Centro Islámico de España, Granada 1978. Qutb
fue un importante pensador egipcio afecto a los Hermanos
Musulmanes, movimiento radical fundado por Hassán El Banna
en 1928 y que puede considerarse, dentro del sunnismo,
matriz del islamismo moderno.
Si enlazamos esta ortodoxa
reflexión sobre la norma consuetudinaria de “Es obligación
de todo creyente esforzarse porque cualquier territorio que
en su día fue musulmán vuelva a serlo”, nos encontramos con
que fuera de Oriente Medio y el Magreb, en Europa, parte del
sur de Italia, los Balcanes, algunos territorios en Francia
y particularmente toda España (Al Andalus), que en algún
momento de la historia estuvieron sometidos al Islam,
deberían volver a su seno como puede apreciarse en el nuevo
mapa del Califato aportado por el Estado Islámico (EI). Son
en todo caso como el resto de Occidente, “Dar al Harb”, La
Casa o el Reino de la Guerra. Y esto rastreando el
tradicional pensamiento islámico, firmemente anclado en el
Corán (Libro Sagrado) y en la Sunna (Tradición). Es decir y
en definitiva, los planteamientos ideológicos y estratégicos
del Estado Islámico (EI o Daesh en su acrónimo árabe) no
serían tan descabellados. Éste es el problema; y ésta es su
fuerza. Un pensamiento que enlaza con una parte de la
tradición islámica (la de conquista) que está calando hoy,
poderosamente, en el subconsciente de la Umma o comunidad
islámica mundial.
Ayer miércoles en Santander,
cruzamos el Ecuador académico en la bellísima Península de
La Magdalena con otras tres ponencias de alto interés.
Francamente el General Ballesteros, Director del Instituto
Español de Estudios Estratégicos (IEEE), puede darse por más
que satisfecho con la calidad alcanzada en los docentes y en
sus intervenciones. Ángel Cruz Coronado, Teniente Coronel de
la Guardia Civil y Jefe del Área de Inteligencia
Contraterrorista del Centro de Inteligencia contra el
Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), con veintiún años
de dilatada experiencia profesional a sus espaldas, fue
franco y claro al señalar que “desde 2004, España no ha
sufrido ningún atentado terrorista de corte yihadista”,
pasando revista a los indicadores de amenaza, los actores
terroristas potenciales y los objetivos más críticos,
comentando finalmente el número y procedencia de los
detenidos en los últimos años por terrorismo yihadista así
como algunos de los operativos llevados a cabo, rematando
con algunas pinceladas sobre la reciente modificación del
Código Penal. Aunque es obvio que la zarpa del yihadismo
puede golpear en cualquier momento, no es casualidad (el
esfuerzo y la experiencia tienen su premio) que hasta el
momento España haya ido, por el momento, capeando la
tormenta del terrorismo islamista. Novedad en el curso fue
la intervención del profesor y diplomático africano (oriundo
de la República Democrática del Congo) Mbuyi Kabundan, con
su interesantísima disertación sobre “El fenómeno yihadista
en el África Subsahariana”. Cálido y ameno, sumamente
dialogante y con un toque humanista, profesor de relaciones
internacionales y estudios africanos y Director del
Observatorio sobre la Realidad Social del África
Subsahariana (FCA-UAM), el doctor Kabunda dio primero un
repaso conceptual (aclarando términos como salafismo o
yihad), para destacar después la raíz profundamente
tolerante del Animismo africano que ha imbuido tanto al
Cristianismo como al Islam, destacando el papel equilibrador
del Sufismo. En su visión que por cierto este escribano del
limes comparte, “El problema actual, además de profundas
injusticias que no justifican desde luego el terrorismo, se
remonta a la financiación de las mezquitas africanas por
Arabia Saudí”, “fortaleciendo el salafismo, una corriente
que busca el futuro retornando al pasado”. Más claro agua.
Después del almuerzo le tocó el turno a un invitado de lujo,
Jérôme Bonnafont, Embajador de Francia en España. Conciso y
rápido de reflejos, muy en su papel y agradeciendo vivamente
varias veces “el apoyo de los queridos españoles”, el
diplomático francés abordó con maestría un tema complejo y
de preocupante actualidad: “Ciberamenaza y lucha contra el
terrorismo: caso del terrorismo yihadista”. De entrada toda
una declaración de principios: “Se trata de una ofensiva
contra nuestra civilización”; y de salida una oportuna
sugerencia: “La solución solo puede ser europea”. En el
medio, un pormenorizado repaso a la ciberamenaza que está
sufriendo Francia, “656 ataques el año pasado solo al
ministerio de Defensa”, calificando la situación de un
“peligro máximo a nivel estratégico”. Bonnafont también
comentó el despliegue militar francés en el exterior, tanto
en unidades desplazadas como permanentes, destacando los
valores republicanos y advirtiendo francamente que si por un
lado hay que ser tolerantes en la acogida, “también la
población emigrada tiene que respetar los valores de
Francia”. Faltaría más. Una sugerente frase de Saint Exupery
sirvió de broche para cerrar su intervención: “En la vida no
hay soluciones, si no fuerzas en marcha”. Europa, sépanlo
los yihadistas y su quinta columna islamista emboscada en el
Viejo Continente, está reaccionando… Y la historia advierte
que los europeos, si falta hiciere, pueden ser duros, muy
duros… Sin contemplaciones. En la guerra… como en la guerra.
Haya salud. Visto.
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