Unos 300 inmigrantes subsaharianos
se encuentran acampados en el entorno de la frontera de
Ceuta, en territorio marroquí, a la espera de poder entrar
ilegalmente en la ciudad autónoma, según fuentes policiales.
Las estimaciones realizadas por
los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado indican que en
las inmediaciones del perímetro fronterizo están escondidos
en los montes unos 300 subsaharianos. Estos inmigrantes
viven principalmente en la zona de monte de Beliones, en
campamentos construidos a base de cartones y maderas entre
los bosques, en lugares de difícil acceso.
La cantidad de inmigrantes se ha
reducido de forma considerable en los últimos meses, algo
que, según las citadas fuentes, se debe a la mayor
vigilancia en los 8,2 kilómetros de perímetro fronterizo
terrestre que separan Ceuta de Marruecos.
La mayor parte de estos
inmigrantes intentan entrar en Ceuta a bordo de pequeñas
embarcaciones, a nado o en dobles fondos de vehículos, y el
salto de la doble valla fronteriza -situada a seis metros de
altura- es el método menos utilizado, según las estadísticas
oficiales.
Las zonas aledañas a la frontera,
sobre todo las boscosas, son el refugio habitual de
inmigrantes de origen subsahariano que malviven a la espera
de poder alcanzar la valla y cruza hasta territorio español.
Se les suele ver en el entorno de
la carretera que une Castillejos con Tánger, diseminados en
grupos a la espera de que las personas que pasan por la zona
en vehículo les faciliten algo de comida o de agua, e
incluso ropa.
Desde hace varios meses no se
producen asaltos masivos en la zona del perímetro fronterizo
y últimamente el método que están utilizando para entrar en
Ceuta es el de llegar por vía marítima -bien a nado, bien
mediante embarcaciones de todo tipo, incluso de juguete- y
también escondidos en coches de personas que les cobran para
introducirlos clandestinamente.
Habitualmente van ocultos en
habitáculos realizados bajo los asientos, en los
salpicaderos e incluso en la zona del motor o bien
escondidos en sacos o maletas.
La acción de las fuerzas
españolas y marroquíes ha abortado numerosos casos de
introducción clandestina.
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