Es un tópico, pero plenamente
ajustado al marco natural que estos días acoge el curso
“Desafíos del terrorismo yihadista” que, organizado
conjuntamente por el Ministerio de Defensa (Instituto
Español de Estudios Estratégicos, IEEE) y la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), bajo la dirección del
general M.A. Ballesteros, se celebra esta semana en el
incomparable marco de la santanderina Península de la
Magdalena. Tiempo habrá a su finalización y a mí vuelta a
Ceuta de abordar algunas conclusiones de esta oportuna e
importante iniciativa académica, que aborda con “una
aproximación multidisciplinar” los “orígenes, la evolución y
la gestión internacional de este fenómeno que constituye un
punto de inflexión para la paz y la seguridad global”.
Francamente, si el paisaje y las
instalaciones son de lujo los ponentes también. Ayer lunes y
tras la protocolaria presentación con las rituales palabras
de bienvenida del profesor Sebastián Coll, Vicerrector de la
UIMP y del director del curso, el General Ballesteros
(director también del IEEE), inauguró el mismo el Secretario
General de Política de Defensa, A.E. Alvargonzález San
Martín, quien abordó en una apretada ponencia la complejidad
del fenómeno yihadista, seguido del periodista Ignacio
Cembrero (El terrorismo yihadista en el Magreb) y cerrando
la sesión, por la tarde, el diplomático Javier Rupérez, ex
Director Ejecutivo del Comité contra el Terrorismo del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Acciones de
respuesta de NN.UU. ante el terrorismo yihadista).
Para hoy martes y cuando lean
estas líneas, están previstas las intervenciones del General
de División y Director del CIFAS, J. Gan Pampols (El papel
de la inteligencia militar en la lucha contra el terrorismo
yihadista), el General de Brigada M.A. Ballesteros
(Evolución y situación actual del terrorismo yihadista) y el
Profesor Titular de Ciencias Políticas de la Universidad Rey
Juan Carlos, Rogelio Alonso Pascual (El tratamiento del
terrorismo yihadista en los medios de comunicación).
Si el Secretario de Defensa
Alvargonzález, con una acreditada experiencia hace años en
la embajada de España en El Cairo, se preguntaba
acertadamente “Hasta donde puede llegar la tolerancia”, a la
vez que advertía en cuanto al Estado Islámico (IE) al que
curiosamente definió casi siempre por su acrónimo en árabe
(DAECH) que “su estrategia del terror está perfectamente
calculada”, no es una casualidad, el periodista Ignacio
Cembrero describió con detalle y de este a oeste, país a
país, el panorama yihadista en el Magreb, explicando de paso
“tres de las razones, si bien no sé cuál es la más
importante”, que explicarían el “aguante” de Marruecos ante
la ofensiva yihaterrorista; finalmente el veterano
diplomático J. Rupérez, explicaba didácticamente las
limitaciones de las Naciones Unidas “en función de los
intereses de los diferentes países que la componen”, pasando
revista a las diferentes resoluciones que han ido abordando
desde los atentados del 11-S la realidad del terrorismo de
matriz islamista.
M. Walzer, profesor de Ciencias
Sociales del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton,
se hacía tras los atentados del 11-S cinco preguntas sobre
el terrorismo islamista (sic) que a juicio de este escribano
del limes siguen siendo de actualidad: 1. ¿Qué es el
terrorismo?; 2. ¿Cómo deberíamos proceder para explicarlo?;
3. ¿Cómo se defiende o se excusa?; 4. ¿Cómo deberíamos
responder al mismo?; 5. ¿Cuáles serían los indicios de una
respuesta satisfactoria? (Reflexiones sobre la Guerra,
págs.141. Paidós Ibérica, Barcelona 2004).
Porque en definitiva, la respuesta
primaria contra la Guerra Santa que una parte considerable
de la Umma o comunidad islámica (inmersa por lo demás en una
cruelísima guerra civil) nos ha declarado pasa por dos
caminos, uno teórico y otro práctico: el primero,
deconstruir el discurso yihaterrorista en el mundo musulmán;
segundo y en Europa, proceder a la expulsión planificada de
un importante sector de la población musulmana, no nacional
de origen a esos tendremos que comérnoslos con patatas, que
no solo nunca se integrará, si no que jamás compartirá
nuestro común sistema de valores, propios de sociedades
evolucionadas, abiertas y tolerantes y que actúa, emboscada,
como una letal “quinta columna”. En las acertadas palabras,
que asumo, del general Gan Pampols, director del Centro de
Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), “El yihadismo
no ganará si defendemos con firmeza nuestro tipo de
civilización”. Sobran paños calientes. Claro que para eso
hace falta, en primer lugar, una cultura de la defensa digna
de ese nombre. Y ya sobre el terreno y esto es cosecha
propia, no nos engañemos: en el frente de batalla… para
vencer al final va a haber que meter “botas”. No sé de
donde, ¡pero “botas”!. Ya saben, la fiel infantería. Esto va
para largo.
Haya salud.
Visto.
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