La alcaldesa de Barcelona, Ada
Colau, cumple su palabra y paraliza 360 millones de euros en
inversión hotelera. Hace unos días prohibió la apertura de
nuevos alojamientos turísticos en toda la ciudad al menos
durante un año.
Los planes de estos hoteleros
quedan, pues, en suspenso a la espera de que el Gobierno de
Barcelona decida qué proyectos, de todos los solicitados,
puedan salir adelante y cuáles quedan definitivamente
“archivados en la papelera”
La alcaldesa dijo:” que estudiará
dónde se puede crecer y dónde hay que decrecer o
redistribuir” abriendo, de esa forma, la puerta a la
suspensión de licencias ya concedidas o el traslado de
hoteles a barrios menos masificados por el turismo.
Con esa forma de actuar Barcelona,
por la congelación de las licencias, según fuentes del
sector precisaron que en los próximos cuatro años estaba
previsto ampliar el parque hotelero con 3.000 camas, lo que
podría suponer la perdida de la creación de 120 mil puestos
de trabajo. Cuando precisamente, lo que necesita España es
la creación de puestos de trabajo.
Este cálculo ha sido realizado por
el presidente de la Asociación de Directivos y Expertos en
Empresas Turísticas, Doménec Biosca, que entre otras cosas
dijo: “Las grandes cadenas no pueden permitirse el lujo de
dejar parado un proyecto más de un año. Las grandes
capitales europeas pueden llevarse los hoteles”.
Lógicamente todos esas grades
empresas recurrirán a su bufetes de abogados, sobre todas
aquellas que tienen las licencias concedidas y pedirían
daños y perjuicios. Cosa, esta, que le puede costar al
Ayuntamiento de Barcelona que preside Ada Colau, una buena
suma de cientos de millones de euros. Igual puedo estar
equivocado, pero conociendo el poder que tiene el dinero, y
las grandes empresas que quieren abrir hoteles en Barcelona,
buscando, naturalmente, unos buenos beneficios, nada es de
extrañar que quieran conseguir beneficios, acudiendo a sus
bufetes de abogados que, precisamente, serán de los mejores
del mundo mundial. Tiempo, al tiempo.
Y ya que hablamos de obra, y de la
llegada de nuevos mandatarios a las ciudades más importante
de España, como son Madrid y Barcelona. Nos vamos a Madrid
donde, al parecer, la alcaldesa de Madrid también quiere
parar obras por valor, según los entendidos, de 7.000 mil
millones de euros, lo que supondría, de llevarse a cabo esas
obras, la creación de 400 mil puestos de trabajo directos, y
otros miles de puestos de trabajo indirectos, con la
necesidad que hay en España de la creación de puestos de
trabajo.
Cuáles son las razones que tienen
ambas alcaldesas de las dos ciudades más importantes de
España, para que no se creen esos miles de puestos de
trabajo, en ambas ciudades. Naturalmente que el que la lleva
la entiende. Lo que no entienden nada son aquellos
desocupados que buscan desesperadamente un puesto de
trabajo, para llevar el pan casa cada día, dejando de hacer
colas en las oficinas del paro.
Claro, que por el contrario,
en Barcelona, la alcaldesa nombra directora de comunicación
del Ayuntamiento de la capital catalana, a Águeda Bañón,
cuya imagen más polémica, es una foto meando en la Gran Vía
de Murcia. Ese si que es un buen puesto de trabajo, del que
se debe sentir orgullosa toda la ciudadanía
catalana.¡¡País!!
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