La Catedral y Arzobispado de
Tánger continúa acogiendo a unos 250 inmigrantes
subsaharianos que fueron desalojados por las fuerzas de
seguridad marroquí del barrio tangerino de Boukhalef durante
la pasada semana.
Fuentes de Derechos Humanos han
confirmado la muerte de dos inmigrantes durante los
desalojos. Uno de ellos se arrojó desde un edificio cuando
iba a ser desalojado, falleciendo en el acto, y el otro en
circunstancias que no han trascendido. Las autoridades
marroquíes siempre han sostenido que los desalojos se
produjeron de forma pacífica. El motivo de los desalojos se
centra en que los inmigrantes subsaharianos, del orden de
400, estaban ocupando ilegalmente viviendas y además
mantenían relaciones violentas con los residentes marroquíes
de la zona.
Ayer, el arzobispo Santiago Agrelo
y su segundo en el Arzobispado, el padre Simeón -de origen
polaco- se encontraban realizando gestiones en Rabat. El
“segundo de a bordo” del Arzobispado indicaba que están
haciendo todo lo posible por ofrecer a los inmigrantes una
ayuda “cristiana, humana y solidaria. Vamos tirando como
podemos. Hacemos lo posible”, indicó el sacerdote.
En cuanto a la posibilidad
de que los inmigrantes refugiados en el Arzobispado fueran
desalojados por la fuerza por parte de las autoridades
marroquíes, el padre Simeón cree que no se producirá y que,
en todo caso, no han recibido comunicación alguna. Fuentes
de Derechos Humanos consultadas por El Pueblo de Ceuta
tampoco creen que se vaya a producir un desalojo de la
Catedral de Tánger por la fuerza.
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