La apuesta por la “carta
islamista” del Movimiento Democrático y Social (MDS) de los
Archane no deja de ser arriesgada, al estilo de “Todo por la
Patria” del fallecido doctor Jatib y su extinto MPD. Y el
final del camino, sobre todo para una formación política
pequeña, con solo actualmente 2 diputados, también se
intuye: será al igual fagocitada y transformada
políticamente en otra cosa. Al tiempo.
Y detrás el Neomajzén, no lo
duden. Si en el Islam todos los caminos acaban conduciendo a
La Meca, en Marruecos al final te acabas encontrando, por
activa o pasiva, con Palacio o sus aledaños. Y esta
intuición no es solo teórica, de manual, es empírica y sobre
el terreno, créanme.
Pero antes de seguir, ¿quiénes son
los Archane en el MDS? Oriunda de Jemiset, la familia
Archane está representada en el MDS por el patriarca,
Mahmoud, actual presidente del partido y su hijo, Abdessamad,
quien en 1997 obtuvo un escaño en la segunda cámara del
Parlamento (Cámara de Consejeros) junto a su padre. Archane
el mozo fue elegido en 2009 alcalde de la villa de Tiflet,
localidad sita en la fértil llanura del Gharb a unos 60 kms.
de Rabat y desde junio de 2011 lleva las riendas del MDS. En
esta arriesgada partida, la de la carta islamista, ¿qué se
juega y quién gana...? Porque el gran muñidor, obviamente
con la preceptiva “luz verde” desde muy arriba, ha sido papa
Archane, el gran Mahmoud, un veterano de la policía.
Veamos algunos detalles, no vaya a
ser que el florido bosque no nos deje distinguir los árboles
que lo forman:
1. Primero y en cuanto al
Movimiento Democrático y Social (MDS), nos encontramos con
un movimiento político “de notables” en franco declive. Si
en 2011 el “zaim” dejó paso a su hijo Abdessamad, todo queda
en familia, el retoque facial no pudo ocultar la profunda
crisis política del MDS, formación muy vinculada en su
momento a los “buenos tiempos” de Driss Basri...el
superpolicía del Reino. Así, en las elecciones legislativas
de 1997 (dos años antes de la muerte de Hassan II) obtuvo 32
diputados, bajando a 7 en 2202 y 9 en 2007, una pequeñísima
remontada antes de la gran debacle de las últimas elecciones
de 25 de noviembre de 2011: ¡solo 2 diputados!
¿Renovarse o morir....? De ahí a
buscar un “yacimiento de votos” en el seno del movimiento
islamista rampante, naturalmente en razón de los “intereses
generales” del país, hay un corto trecho.
2. ¿Y qué gana el Neomajzén, si me
permiten el neologismo? Pues sacar de la fría calle a
elementos salafistas (centenares, no “decenas” como aduce el
MDS), alegales y potencialmente subversivos, ofreciéndoles
el dulce “caramelo” de la política. ¡A comer!
3. ¿Y que obtiene el salafismo
radical? Pues nada menos que buscarse un puesto al sol, en
espera de tiempos mejores antes de dar el gran salto. En la
conferencia de prensa dada por el MDS el 23 de mayo en
Rabat, estaban presentes tres importantes líderes
islamistas: A. Faouzi, ex exiliado y miembro de la mítica
Chabiba Islamiya (Juventud Islámica); A. Chadili, condenado
a 30 años de prisión tras los atentados del 16-M en
Casablanca e indultado en abril de 2011; y Driss Hani,
¡vinculado al embozado shiísmo marroquí!
¿Al final? Una posible sinergia
del islamismo político, de resultados imprevisibles. El
hecho es que la sociedad marroquí está cada vez más
polarizada a dos bandas: los islamistas y los demás. El
resto puro teatro, un espejismo.
Haya salud.
Visto.
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