Con frecuencia, más frecuentemente
de lo que sería deseable, tenemos que oír que hoy los medios
de comunicación presentan sus contenidos, esto es, su
información, de una manera parcial, a veces adulterada,
tirando, en todo momento, hacia unos intereses o hacia unas
tendencias propias y no analizando o enfocando la situación
con total imparcialidad.
Hace muchos años ya de ello tenía
una explicación que las noticias, o ciertas noticias
salieran deformadas, o no salieran, por cuanto los medios de
comunicación escritos, antes de llegar al lector, tenían que
pasar por una censura que si no estaba de acuerdo con algo
de lo que allí se exponía podía “capar” o incluso podía
“secuestrar” la edición.
Hoy las cosas, afortunadamente,
han cambiado y además los medios de comunicación han
aumentado grandemente y con ello las orientaciones de los
diversos editores son mucho más variopintas, y cada uno de
ellos mira, desde una perspectiva muy especial, las noticias
que van abordando. Los hechos son unos, las interpretaciones
varían al gusto o conveniencia de ciertos editores.
Y esto, hay que recalcarlo, sucede
en lo que se refiere al ámbito político, al económico, al
social y al deportivo, hasta el punto de que cualquier
fichaje del Madrid o del Barcelona, pongamos por caso, es
valorado de 10 o de cero, según quien sea el comentarista
que trata el asunto.
En el ámbito de lo político,
cuando un analista aborda un asunto de actualidad, como
puede ser estos días el referéndum en Grecia, las opiniones
que se vierten son múltiples y muy pocas de ellas
coincidentes, con lo que nos encontramos con que esas voces
autorizadas por su fama como economistas, o como analistas
con reputación pasan más que a informarnos a confundirnos y
a no servirnos casi nunca.
Así se explica y cada vez más que
a la hora de dirigirse uno al kiosko más cercano, en busca
del diario que sea, si se le ofrece éste o aquel otro, según
quien sea diga:”éste no me agrada” y a continuación su
propio vecino reclame ese que el otro ha rechazado
diciendo:”aquí es donde mejor explicado viene todo”. Así
analizan, también, los lectores todos los medios a los que
pueden acceder, creyendo o rechazando las corrientes de
opinión de unos y las de otros, sean medios escritos o sean
de otro tipo.
Y es que si los medios escritos
muestran una tendencia, las televisiones, en ocasiones,
resultan vergonzantes, según para quien, con las
apreciaciones que sacan a la pantalla sobre asuntos y
circunstancias que estamos viviendo hoy mismo.
A lo largo del mes de junio, no ha
habido un solo día en el que la valoración de grupos
políticos de siempre no hayan sido despellejados por uno de
los grupos de televisión que hay hoy, en tanto que a esa
misma hora, en otras pantallas, esos mismos grupos políticos
no hayan sido llevados a los altares. ¿Hacia donde vamos,
con estas perspectivas y este tipo de enfoques?.
La cuestión es que, hemos pasado
de la nada al “revoltijo” y de tener como único punto de
referencia el sermón del párroco del pueblo a las 12 de la
mañana los domingos, a encontrarnos ahora, a todas horas y
con valores encontrados toda la visión o todas las visiones
de lo que nos rodea.
La sensatez está lejos de la
información, a ver si todos, cada uno en su parcela, vamos
entrando en razón.
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