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OPINIÓN - VIERNES, 3 DE JULIO DE 2015

 

OPINIÓN / SNIPER

Marruecos: los nuevos
islamistas de Su Majestad (I)
 


José Luis Navazo
yebala07@yahoo.es

 

Una de cal y otra de arena. El caso es “construir”: primero “estar” y luego “seguir”. Y eso los islamistas de la Umma lo saben muy bien: el objetivo es a largo plazo. Pasito a pasito o del tirón, eso depende. Lo que llama la antención en el vecino país allende El Tarajal es el carácter sui géneris, hipernacionalista, de buena parte del islamismo marroquí. No del conjunto, pues en consonancia con el Islam más ortodoxo para un importante sector del islamismo marroquí, llamémosle “alternativo”, la única patria es el islam y no la nación. Ni la marroquí ni ninguna otra. El Califato: virtual o en construcción. Y safi baraka.

En su notable esfuerzo por intentar domeñar un islamismo potencialmente insurgente, a la negra alternativa de la cárcel el Neomajzén está ofreciendo dos posibilidades:

- Una, participar en el juego político con la esperanza de gobernar. Y ahí está como ejemplo el “caramelo” del PJD (Partido de la Justicia y el Desarrollo), los actuales islamistas de Su Majestad, el “Malik”.

- Otra, integrarse a través del ministerio de Asuntos Islámicos y Habús en la gestión de alguna importante mezquita. En este caso, el “caramelo” tiene nombre propio. Fizazi.

Claro que para los que opten por la predicación en las mezquitas, Mohamed VI les acaba de marcar el terreno de forma explícita: los sermones... sobre religión y punto pelota. Cualquier veleidad política o de talante social queda expresamente prohibida.

¿Pero cómo participar en política? En principio no habría problema, pues en Marruecos y por ley todos, absolutamente todos los partidos políticos, deben ser de obligada “referencia islámica”. Eso sobre el papel.

¿Y qué pueden hacer los islamistas? Pues bien seguir en la calle manteniendo el tipo, caso de los “adilistas” de Justicia y Espiritualidad que siguen resistiéndose a los cantos de sirena de Rabat (modelo 1), bien creando un partido propio, la cosa no es fácil (modelo 2) o (modelo 3) infiltrarse en un partido histórico de recio abolengo y luego fagocitarlo. En este último caso hay un modelo de manual: el berberista Movimiento Popular, Democrático y Constitucional (MPDC) de El Ouggouti y el doctor Jatib, fundado en 1967 como una escisión de la familia harakí, el Movimiento Popular (MP), creado también en 1957 por el doctor Jatib y Mahjoubi Aherdane. Con aliento real, El Jatib acoge generoso en el seno del MPDC durante 1996 a los islamistas del MUR (Movimiento Unicidad y Reforma), liderados entre otros por el actual jefe de Gobierno, Abdelilah Benkirán, quienes tras un autorizado golpe de mano entierran el berberismo transformándose, en 1998, en el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD): los “islamistas oficiales” del Reino.

¿Hay ahora en Marruecos alguna maniobra similar? Pues sí, solo que en este caso acoge no ya a grupos o asociaciones, sino a decenas de salafistas radicales, muchos de ellos expresidiarios y otros con un oscuro pasado a sus espaldas. La matriz de acogida es, ¡casualidad!, otro partido de corte bereber al igual que el MPDC del doctor Jatib:el Movimiento Democrático y Social (MDS), fundado en 1996 como otra escisión del Movimiento Popular (MP) y que obtuvo 2 escaños para el Parlamento en las elecciones generales de 25 noviembre de 2011.

Dirigido actualmente por la familia Archane, el MDS está jugando abiertamente desde mayo de este año, a buen seguro con impulso soberano, la “carta islamista”. ¿Cómo? Seguimos mañana-.
 

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