Hace gracia escuchar a algunos
personajes de éste país, decir que Europa no es solidaria
con Grecia, cuando Grecia le debe a esa Europa nada
solidaria con Grecia, la nada despreciable cantidad de 240
mil millones de euros. Y la pregunta que me viene, en estos
momentos, a la cabeza es; dónde están esos 240 mil millones
de euros, y en qué y quiénes se lo han gastado, sin que esté
ninguno de sus manda imputado por el asunto. La pregunta, al
menos es curiosa y, por supuesto necesita una explicación,
que todos los europeos, que nos hemos apretado el cinturón
podamos entender algo de la situación por la que está
pasando Grecia, y saber dónde ha ido a parar esos miles de
millones.
Aquí, en España, se le ha rebajado
el salario a los funcionarios, a los jubilados se les ha
congelado las pensiones y hemos subidos los impuestos, para
tratar salir de la crisis que toda Europa está padeciendo,
mientras a Grecia le hemos inyectados todos los europeos
miles de millones sin que Grecia o no quiso o no supo remar
a igual que el resto de Europa. Esa Europa demasiado
solidaria con Grecia que no hizo lo que el resto de Europa
para salir de la crisis. Una cosa si que hizo, pedir dinero
y más dinero a los europeos, sin que hicieran nada más que
vivir de Europa. Una deuda, cada vez mayor que, por
supuesto, tienen que pagar.
Sin embargo no sólo no devuelven
el dinero, sino que se niegan a pagar y encima piden que se
les dé más dinero. Increíble, pero cierto.
Como cierta es la respuesta de
Junquers,: “,La oferta de la UE no es un estúpido paquete de
austeridad, no rebaja salarios y no rebaja las pensiones y
eso hay que dejarlo claro”. Por cierto, al parecer, no es lo
que le está diciendo Tsipra a su pueblo.
Junquers en su intervención, se ha
preguntado de dónde venía realmente el chantaje, la amenaza
y los desplantes, si de las instituciones europeas o del
gobierno griego. La respuesta está de una claridad
meridiana.
El populismo de Tsipra prometiendo
lo imposible le llevó a ganar las elecciones y desde su
poder inició un pulso absurdo lleno de demagogia barata. Hay
que reconocer que varió algo su discurso, quizás acuciado
por sus votantes, esos a los que tanto les había prometido,
y fue entonces cuando decidió jugarse todo a una carta.
Primero su visita a Rusia buscando el apoyo de Puntin, pero
Rusia no está por la labor de prestar dinero, pues atraviesa
un mal momento. Aunque no consiguió nada con esa visita, al
menos le había echado un pulso a Europa, a pesar de que “el
tiro le salió por la culata”
Ahora con ese referéndum que
quiere hacer, lo deja todo en manos de su pueblo, para
lavarse las manos salga lo que salga, porque será la
decisión del pueblo y él no tendrá nada que ver en el
asunto.
Alexis Tsipra con su actitud
desafiante a Europa, a los únicos que pueden sacar del
atolladero a su pueblo, está empeñado a llevarlo a un
desastre del que tardará muchos años en salir a donde lo
está conduciendo.
Lo que no puede hacer es
readmitir a todos los empleados públicos, ni abrir la
televisión pública. Eso está fuera de toda lógica y sólo es
fruto de anteponer el populismo al interés nacional.
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