La Asociación de Vigilantes de Seguridad ‘Marea Negra’ da la
bienvenida a la nueva ley de Seguridad Privada que deja
atrás a la de 1992, pero que no llega hasta donde el
colectivo esperaba y así lo traslada el vicepresidente de la
asociación, José Antonio Carbonell. “El sentimiento
generalizado de todos es la impotencia, ya que nuestro deseo
es colaborar y trabajar codo con codo con la Policía
Nacional y Guardia Civil”, explica. Además, señala que
siendo un colectivo de 240.000 profesionales cualificados en
la actualidad se les deja “de lado”. “Está demostrado que
aún siendo los mejores preparados de toda la Unión Europea,
todavía estamos a años luz de los compañeros que trabajan en
Estados Unidos, donde la relevancia e importancia, tanto
jurídica como la imagen ante la sociedad, es máxima”, apunta
Carbonell.
“Ya nos gustaría a nosotros tener la dotación con la que
cuentan ellos, frente a un nivel cuatro de alerta
antiterrorista como el que hoy vivimos”, asegura. Por otro
lado, el vicepresidente de Marea Negra insiste en que en
Ceuta, “el ir y venir de miles de personas a diario en la
frontera Ceuta-Marruecos, donde entran y salen sin visado
alguno y sin prácticamente ningún tipo de control, hace que
este lugar sea un punto caliente”. “Pasean por El Tarajal
con inmensos paquetes, que no son controlados por nadie, ya
que no hay ningún sitio habilitado para ello, y las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado no tienen suficientes
efectivos para ocuparse de la inspección de los mismos”,
alerta y, por ello, pide que por la integridad de todas
estas personas “se implante un servicio de seguridad acorde
con la magnitud de la zona”. Carbonell también pone el
objetivo sobre el Centro de Estancia Temporal de
Inmigrantes, donde asegura que no hay medios suficientes
para el personal de vigilancia. Algo que, señala, está
contrastado por compañeros vigilantes que prestan sus
servicios allí y con el responsable de seguridad del
sindicato CCOO de Ceuta.
“Acogiéndonos al artículo 40 de la Ley de Seguridad Privada
(LSP), apartado D: “Servicios con arma de fuego”, en este
servicio ni portan armas, ni poseen medios electrónicos como
paleta y arco detector, siendo imposible efectuar controles
de seguridad a todas las personas que acceden al centro”,
alerta el vicepresidente de Marea Negra. Por otro lado,
Carbonell explica que acogiéndose a la ‘Red Azul’, creada
para que la información con el Cuerpo Nacional de Policía
fuese bidireccional, se encuentran con que las empresas de
seguridad no reciben instrucciones sobre lo que actualmente
está aconteciendo en materia terrorista y respecto a los
vigilantes de Ceuta, asegura, ninguno tiene constancia de
que el nivel cuatro haya sido activado. Una situación ante
la que desde Marea Negra ruegan “que se cumpla la LSP, a
través de Delegación del Gobierno y Unidades Provinciales de
Seguridad Privada, acogiéndonos al artículo 51: ‘Adopción de
medidas’ y al 40: ‘Servicios con armas de fuego’, apartado
D”. Algo cuyo fin es equiparar “una dotación obsoleta”,
compuesta por grilletes y una defensa, a la de Estados
Unidos. Para ello, solicitan al Ministerio del Interior:
Pistola semiautomática, chaleco antibalas, guantes anticorte,
spray de pimienta, ser agentes de la autoridad, incluso
cuando trabajamos solos y un curso de formación para actuar
con celeridad frente a situaciones como la actual.
Carbonell pide que, al menos, se valoren y tengan en cuenta
estas sugerencias, ya que la implicación del sector se
seguridad privada es “absoluta y ante una alerta de este
calibre, toda la colaboración es poca”. “Confiamos en que el
futuro reglamento que está por salir cubra todos estos
vacíos, para que no nos veamos indefensos nosotros, ni el
resto de la población”, traslada para advertir de que la
seguridad ciudadana “prima sobre leyes y decretos”. “Marea
Negra no hace críticas destructivas, sino constructivas. No
queremos alarmar, nuestra única pretensión es ayudar y
aportar”, puntualiza Carbonell.
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