Al pan, pan y al vino, vino. O
como diría Unamuno, “Al ladrón, ladrón y a la puta, puta”.
Lo diré a la magrebí: “Nicham” (directo). Y es que, con lo
que está cayendo en lo que a yihaterrorismo se refiere, no
deja de ser curioso que los islamistas en el armario, valga
el símil, de esta España nuestra, tan proclives a la
demagogia y a vociferar agriamente durante fases agudas del
doloroso conflicto palestino-israelí, organizando ruidosas y
amenazantes manifestaciones, ahora... verán, ahora ante las
barbaridades de Boko Haram o Estado Islámico (EI) no dicen
ni esta boca es mía. Están virtualmente desaparecidos, más
mudos que Harpo Marx.
Y se callan, se callan hipócritas y cobardes, se callan como
putas al decir de la conocida y popular expresión tan
española. Eso sí, enseñan pudorosamente la patita como el
cuento del lobo y Caperucita, a ver si cuela (el final ya lo
saben: “¡Es para comerte mejor!”), por ejemplo cuando en
noviembre de 2014 el prestigioso Real Instituto Elcano
presentaba su brillante Informe 18 (“España mirando al Sur:
del Mediterráneo al Sahel”), coordinado por Félix Arteaga.
Que como es natural no les gustó pero que ni un pelo a las
criaturas a un lado y otro del Estrecho. ¿Acaso se sintieron
aludidos nuestros autóctonos y naturalizados islamistas en
el armario...? Incluyamos en el paquete a los ‘tontos
útiles’ y compañeros de viaje. Tiren de hemeroteca y
comparen, porque de la misma forma que una cosa son las
casualidades y otra las causalidades, en el caso que nos
ocupa cualquier parecido con la realidad no es pura
coincidencia y al final acaba saliendo el pelo de la dehesa
en su versión islamizada, fanática y ultrareligiosa.
Y ni se equivoquen ni se lo crean: si no es lo mismo estar
dormido que estar durmiendo como no es igual estar jodido
que estar jodiendo (Camilo José dixit), pues resulta que ni
Ramadán, periodo en el que estamos, no parece ser ese
proclamado mes de la paz que intentan vendernos ni el Islam
es, tampoco, esa presunta religión del amor y la tolerancia
que se empeñan en colarnos. En el Islam religión y política
están firmemente entrelazadas en un peculiar Nudo Gordiano y
la Yihad o Guerra Santa, forma parte desde el primer momento
de la contrastada tradición bélica de esta peculiar religión
inmersa, hoy día, en una cruda y cruel guerra civil.
Y para nada es casualidad que la presente oleada de
atentados yihaterroristas estallen en pleno Ramadán, sagrado
mes musulmán del ayuno en el que a través de sus corta pero
intensa historia esta religión llevó a cabo importantes y
decisivas batallas: desde la de Badr en la región de Hiyaz,
actual Arabia Saudí, el 13 de marzo de 624 (17 de Ramadán
del año 2 del calendario islámico) a la Guerra de Ramadán
lanzada arteramente por Egipto y Siria contra Israel (6 de
octubre de 1973), coincidiendo además con una de las
festividades religiosas judías más importantes, Yom Kippur o
Día del Perdón. La recurrente exhortación a la Yihad o
Guerra Santa en el Islam es retomada con fuerza por el
Estado Islámico (EI), quien se habría atribuído los
atentados en una mezquita shiíta de Kuwait (“templo de
infieles” para los takfiris de EI), en la alelada Francia,
en la agobiada Somalia y en hoteles del acosado Túnez
(“centros de fornicación, vicio y apostasía”) en una fría,
calculada y eficaz estrategia propagandista a fin de
“convertir Ramadán en un mes de desastres para los
infieles”. Además y según la tradición islámica, morir
combatiendo en Guerra Santa en Ramadán lleva al fanático
“muyahidin” al lugar más alto del Paraíso. Amén.
Tengo curiosidad por ver qué mentiras contará al respecto el
próximo 28 de septiembre en Jaca el Papá Pitufo de la
Hermandad Musulmana (Vanguardia Islámica para ser exactos),
el camaleónico Riay Tatary Bakri, presidente de UCIDE (Unión
de Comunidades Islámicas de España) y jefe en Ceuta del
duque de Mollina y emir de Kandahar, el rastrero “hermanito”
Laarbi Maateis (¡ah jai chof!, ¿leves, todo bien,
sinvergüenza?), quien sigue ordeñando con sus fantasmales
asociaciones y sin ninguna vergüenza las arcas de lo público
en la Ciudad Querida. El ubicuo Tatary, experto en el arte
de la “takiya (disimulo) y con más capas que una cebolla,
presentará a las 11.30 en el transcurso del XIII Curso
Internacional de Defensa (El Islam en la sociedad Global del
siglo XXI) una ponencia sobre “Islam y Paz”, precedida de
otra intervención del Director del Centro de Inteligencia de
las Fuerzas Armadas (CIFAS), el general de división F.J. Gan
Pampols, quien disertará sobre “España y el Mundo Islámico”.
Por cierto que el general Gan Pampols, director del CIFAS
desde mayo de 2013, es autor de una frase memorable que bien
pudiera figurar como paradigma de nuestra inexistente
cultura de la Defensa, otra clamorosa idiotez: “El yihadismo
no ganará si defendemos con firmeza nuestro tipo de
civilización”.
Y esa es a mi juicio la madre del cordero que daría pie al
titular de esta columna, ¡estúpidos!, ¿es que no os
enteráis? Las grandes civilizaciones no suelen derrumbarse
por envites desde afuera, normalmente implosionan desde
dentro, sin nervio, azotadas por la corrupción y la
decadencia. Hay dos factores endógenos que aceleran su
caída: primero, la asunción de población migratoria que no
comparte el sistema de valores de la sociedad de acogida;
segundo, la subcontratación de su defensa a otros, bien
mercenarios o bien países vecinos presuntamente aliados.
Y en cuanto al yihaterrorismo, ¡más de lo mismo tontos del
haba! Nos han declarado la guerra, ¡la Guerra Santa! y
nosotros sin enterarnos, con nuestras débiles sociedades
trufadas de quintacolumnistas e islamistas en el armario.
¿Diálogo de Civilizaciones? Y una leche, ¡hay que ser
gilipollas!: con esta gentuza no se dialoga, se la combate y
se la extermina. En Oriente Medio; en el Magreb; ¡en Europa!
Y sin contemplaciones. Perdonen que sea castizo, es solo un
recurso didáctico. ¡Despierta Europa ! Sobran “estudios” y
falta acción.
Túnez le ha echado coraje, se juega su existencia y rápido
de reflejos, tras el letal atentado ha cerrado de inmediato
50 mezquitas, que podrían ascender próximamente a 80 en
recientes palabras del Primer ministro, Habid Essid.
Y aquí sobre el terreno, en Ceuta y Melilla, en el resto de
Europa... ¿acaso no sobran mezquitas radicales, oscuros
garajes-oratorios, presuntas asociaciones culturales y
escuelas coránicas ilegales? ¿Quieren la lista... ?;
¿nombres y apellidos...?, ¿detalles técnicos...? ¿Cobertura
política del entramado islamista...? ¡Y sin cojones al timón
de la nave! ; ¡directos a las rompientes!
Por cierto, cierro contándoles otra seguro casualidad: ayer
al menos, la web de UCIDE estaba desconectada por
encontrarse “de mantenimiento”. ¿Vaya por Dios! Muy
oportunamente, ¿eh, jai chof? ¡Muy hábil, Pitufo del Gran
Poder!
Haya salud.
Visto.
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