Oriundo de Piedrahita, Jesús Carretero se declara caballa
de corazón. A la ciudad llegó muy joven para ocupar una
plaza en la cátedra de Latín y Griego en el instituto
femenino. Ahora, tras 46 años en las aulas, de los cuales ha
pasado más de treinta en Ceuta, se retira de la docencia,
pero espera seguir conectado a la ciudad a través de su otra
pasión, los medios de comunicación. Desde periodista
deportivo a columnista, Carretero ha pasado por casi todos
los medios locales, donde ha trabajado con muchos
profesionales de la comunicación. En una entrevista a EL
PUEBLO, Carretero cuenta su experiencia en ambos mundos, así
como su visión de la Educación, de la que lamenta que ha ido
perdiendo calidad en los últimos años.
Pregunta.- Deja la docencia tras haber impartido 46 cursos,
¿cómo se siente ahora que se jubila?
Respuesta.- Fatal. Me encuentro como si me metiera en un
pozo y en un sitio en el que no se a dónde voy. Tenía 24
años cuando empecé y prácticamente toda la vida he estado en
la docencia.
P.- ¿Siempre ha tenido claro que quería ser profesor?
R.- Sí. Desde que estudiaba 5º de bachillerato sabía que iba
a ir a hacer Clásicas, con Griego como primera opción, y que
iba a dedicarme a la enseñanza.
P.- Y ahora que su asignatura parece estar en declive y
que incluso se plantea la opción de retirarla, ¿qué le
parece?
R.- Este es un problema que llevo oyendo desde que yo era
estudiante y seguimos con el mismo número de clases de
Griego y Latín que había entonces. Siempre han sido
asignaturas optativas y siempre se han dado en dos cursos.
P.- ¿Qué aporta la formación en Griego y Latín a un
estudiante?
R.- A un estudiante, lo primero que le aporta es conocer el
mundo de Occidente, especialmente por el latín, que es la
lengua que da origen a gran cantidad de lenguas románicas
como el rumano, francés, italiano, español, catalán,
portugués... Luego, además, científicamente el griego
también aporta mucho, porque una gran cantidad de palabras
técnicas proceden del griego. Es imprescindible para
Occidente tener unas nociones básicas de las lenguas
clásicas.
P.- ¿Se acuerda de aquel primer curso que impartió? ¿Cómo
fue?
R.- En Jerez de los Caballeros. Me acuerdo perfectamente
como el primer día que entré en el instituto, estaban
haciendo los horarios, y me dijeron que entrara en una clase
de primero de bachillerato para explicarle algo de Lengua
Española.
P.- ¿Cómo ha sido su evolución como profesor o siempre ha
sido el mismo?
R.- He procurado ser siempre el mismo y ser exigente, pero
conmigo mismo. No he entrado jamás en una clase sin saber lo
que iba a decir. Desde el primer día hasta el último, me he
preparado todas las clases.
P.- Ahora se habla de la necesidad de un Estatuto del
Docente y de que se ha perdido el respeto al profesor.
Después de tantos años en el mundo de la docencia, ¿cómo ve
la figura del profesor?
R.- Con todas las reformas que ha habido, y todas ellas del
PSOE, hemos ido a igualar, pero por abajo. Se ha querido
igualar tanto, que se han dado casi las mismas atribuciones
al alumno que al profesor. Eso lo que hace es que el
profesor en estos momentos, si no tiene una personalidad
fuerte y marca su terreno, se vea acogotado por parte de las
instituciones. El profesor actual no tiene a su favor ni al
Ministerio de Educación, ni a la dirección del centro, ni a
los padres y mucho menos a los alumnos. Está un poco solo
porque no hay nadie que defienda al profesor y el alumno, en
muchas ocasiones, lo puede ver como si fuera su enemigo,
sobre todo, si llegan los suspensos.
P.- Ceuta se caracteriza por su alto porcentaje de
fracaso escolar, ¿qué cambios se necesitan para paliar este
problema?
R.- En Ceuta hay varios problemas. Uno de ellos es que hay
un sector grande de alumnos que son bilingües, pero
bilingües de nada. No hablan español perfectamente ni el
dariya. Entonces, si no dominan la lengua, difícilmente
pueden empezar a estudiar. Otro problema son las cuestiones
sociales y cuando hay pobreza, no hay dinero suficiente para
comprar libros o material. Eso sí, lo que no le falta a
nadie es el teléfono móvil de última generación. Un aspecto
por el que también puede venir el fracaso escolar, al tener
un acceso fácil a otras cosas que les son más rentables que
la enseñanza.
P.- ¿Cómo se puede solucionar este problema? ¿Con más
profesores, más centros o con más exigencia?
R.- Más exigencia desde luego. Si pretendemos igualar, que
me parece muy bien, que sea por arriba. Ahora hay una ley,
que no sabemos cómo se va a desarrollar, pero que peor que
lo que hay no creo que sea. Aunque no se si entrará en
funcionamiento, porque si hay un cambio de gobierno habrá
otro cambio en la ley.
P.- ¿Son buenos tantos cambios en Educación?
R.- Lo primero que debería haber es un pacto de Estado entre
todos los partidos y evitar que con cada gobierno se
modifique la ley. Así no se va a ninguna parte.
P.- En Ceuta ha pasado gran parte de su vida docente...
R.- Treinta dos o treinta tres años y me he encontrado con
alumnos extraordinarios. Por ejemplo hay un compañero en
estos momentos en el instituto que fue alumno mío y ahora es
profesor de Filosofía. A parte, nunca he tenido un problema,
salvo una vez que vino a verme la madre del novio de una
alumna porque había suspendido.
P.- A cambio han sido muchas las muestras de cariño de
sus alumnos...
R.- Sí. Siempre me he llevado bien con mis alumnos. He
procurado enseñarles la materia, pero también he intentado
hacerles mejores personas y que sepan comportarse. He
procurado ser amigo y creo que lo he conseguido.
P.- Además en Ceuta ha sido muy conocido por su trabajo
en los medios de comunicación, ¿cómo empezó en este mundo?
R.- Empecé antes que a dar clase, con un grupo que teníamos
en la facultad, que hacíamos un programa en Radio Salamanca
de la Cadena Ser. Estando en Badajoz también estuve en Radio
Extremadura y cuando llegué aquí empecé en el único
períódico que había, El Faro de Ceuta, donde estuve mucho
tiempo. Lo que es ahora Onda Cero, que era Cadena Rato, la
abrí yo junto con otras personas, y luego también he
trabajado en la Cadena Cope en Ceuta y Madrid, en Radio
Nacional, y naturalmente en El Pueblo de Ceuta. Ha sido toda
una vida alternando la enseñanza y los medios de
comunicación, pero siempre dando prioridad a la enseñanza.
P.- También ha estado por vocación en los medios, ¿no?
R.- Sí, aunque las dos cosas no se podían combinar a pleno
rendimiento.
P.- Dentro de los medios de comunicación también ha
tocado todos los palos. ¿Dónde se ha sentido más cómodo?
R.- Me gusta mucho la radio, pero también la prensa escrita.
Lo que apenas me gusta es la televisión, aunque también es
cierto que he hecho muy poco, porque hay que aparentar algo
que no eres.
P.- También ha estado muy ligado a la prensa deportiva...
R.- Estuve cinco o seis años retransmitiendo los partidos
del Ceuta en la Cadena Rato y conocía del Levante todas las
carreteras, porque el equipo estaba en Segunda B con clubes
andaluces, levantinos y alguno catalán.
P.- ¿Cuál ha sido el partido más difícil de retransmitir?
R.- Recuerdo uno frente al Alcoyano. Entonces no había
teléfonos móviles y las líneas las colocaba el de Telefónica
dondee se le ocurría. Me colgaron las líneas telefónicas en
una grada y como llevaba mucha publicidad conecté pronto con
la emisora. Faltaban al menos diez minutos y una señora se
colocó al lado y lo más bonito que me debió llamar fue hijo
de perra. Tuve la suerte de que llegó un señor y le dijo:
“Este señor ha venido a trabajar, déjale que retransmita que
él de ti no se va a acordar mañana”. Eso me salvó la
situación.
P.- ¿Y cómo dio el paso para convertirse en columnista?
R.- Eso es realmente lo que me gustaba. Desde que estuve en
Alemania, que incluso tuve la oportunidad de quedarme en
Radio Baviera, me gustaba analizar la situación.
P.- ¿Quiere seguir ligado a los medios de comunicación?
R.- Eso pretendo ahora que voy a tener más tiempo.
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