Vivimos en una España donde
cualquiera puede ser cualquier cosa, para fortuna como la de
Guillermo Zapata, el dimitido concejal de cultura de Manuela
Carmena en el Ayuntamiento de Madrid. Hay países
democráticos donde mofarse de las victimas del terrorismo o
enviar mensajes racistas a través de Twister le habrían
sentado en el banquillo. Que razón tenía aquel que dijo “
Spain is diferent”.
Aquí, en esta España nuestra, con decir la jefa que es un
mal entendido, no sólo no lo sentamos en el banquillo, sino
que le damos otros carguito con despacho incluido, con mando
en uno de los distritos más importantes de Madrid. ¡¡País!!.
Nada de extrañar que muchas de las cosas lo que viene
padeciendo el contribuyente español, con impuesto y más
impuestos, es ver cómo esos impuestos valen para sostener
una gigantesca agencia de colocación que permite a miles y
miles de políticos vivir del sistema.
La mayoría de todos esos mediocres, no están ni mínimamente
preparados para ocupar cargo alguno, ni falta que les hace.
Incluso para barrer nuestras calles, con todo el repto que
siento por los hombres y mujeres del servicio de limpieza,
se necesita tener estudios primarios, incluso a los
camareros les pedimos que sepan hablar inglés. Sin embargo
no le exigimos hablar ese idioma a quienes nos van a
representar por el mundo mundial ¡¡Toma del frasco,
Carrasco!!.
Tanto enchufismo nos hace difícil digerir, en nuestra
España, que los mejores talentos tienen que marcharse a
trabajar al extranjero, y los que sabe de política, de
política de verdad, huyen de la misma como si fuese la
peste, por qué quién de ellos se va a querer dedicar a la
política sabiendo que su avance profesional va a depender
más del compadreo que de sus ideas. Ya lo dijo aquel “quien
tiene padrino se bautiza”. Sabias palabras, en esta España
nuestra, donde la mediocridad de la clase política abunda.
Estamos viviendo, en España, una época de grandes
dificultades con el avance de los populismo baratos, que
sólo se limitan, en esta época de crisis, en decirle a los
españoles lo que quieren oír, sin que estos se den cuenta,
de que muchas de las cosas que les dicen, no se pueden
llevar a cabo, porque son puras utopías. Ahí tienen el caso
de Grecia, donde el manda populista ha tenido que dar marcha
atrás a toda velocidad, si no quiere llevar su país a la
ruina total.
Nuestros problemas, sin duda alguna, son grandes problemas
que tenemos que resolver, pero nuestros políticos son
pequeños para poder resolverlos. Hay que recuperar el
espíritu de la Transición, encontrar líderes que pongan el
interés general por encima de los suyos y. sobre todo, que
por una vez se pongan de acuerdo en algo, que son incapaces
de ponerse de acuerdo ni en el sistema educativo.
El día que en nuestra España se instale un sistema donde se
reconozca el mérito, sin que exista nada más que ese mérito
a la hora de valorar. Ese día, todos esos mediocres que hay
en la política española, para suerte de todos los españoles,
desaparecerán.
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