A veces sucede, y esta vez ha sucedido. La ciudadanía eligió
el 24 de mayo mercancía averiada para que rija los destinos
de no pocos ayuntamientos españoles. Visto el pasado que
ahora está saliendo a la luz y el comportamiento actual de
esta mercancía averiada, parece que el ciudadano que acudió
a las urnas para votar con el resentimiento y con las
vísceras se está arrepintiendo de haber hecho caso de los
cantos de sirena de esa mercancía averiada. Las diferentes
franquicias afines al ideario de izquierda extrema y
antisistema de Podemos han entrado en los ayuntamientos como
elefante en cacharrería: están dispuestos a no dejar títere
con cabeza ante el estupor de unos, la mayoría, y el aplauso
y los vítores de otros, sus adláteres. Acaso, lo más chusco
sea que ese pasado escrito en las redes sociales se quiera,
ahora, enmarcar, a modo de disculpa, en anécdotas de mal
gusto, en el humor negro y, sobre todo, en el saco sin fondo
de la libertad de expresión, que, al parecer, sirve como
justificación de todo. No es preciso recordar aquí que esa
libertad de expresión tiene sus límites, que se detienen,
justo, en las libertades y derechos de los demás. No estamos
hablando ya, incluso, de los límites que imponen las leyes,
sino de límites éticos y, aun, estéticos.
Sería largo y exhaustivo traer aquí todos y cada uno de los
comportamientos, anécdotas (así las llaman) y conductas de
los diferentes integrantes de esa mercancía averiada que se
ha hecho cargo de las alcaldías y concejalías en los
ayuntamientos. El espectáculo empezó en la toma de posesión
de los nuevos mandatarios. Parece ser que el protocolo
establecido ha sido eludido en no pocas ocasiones: yendo
desde lealtad a la Constitución y al Rey, a la alusión al
imperativo legal, al derecho a decidir, hasta pasar
olímpicamente del Rey y de la Constitución. Todo una
panoplia de maneras de tomar posesión muy ilustrativa y
didáctica.
No me resisto, de todas formas, a citar algunos de los
exabruptos y comportamientos miserables de ciertos elementos
de esta mercancía averiada. Pero, tal vez, lo peor haya sido
las justificaciones, más o menos ruines, que se han puesto
en circulación para quitarle hierro a esas conductas. La
actual portavoz de Ahora Madrid, Rita Maestre, profanó, lo
que es un delito, no se olvide, la capilla de la Facultad de
Psicología de la Complutense el 10 de marzo de 2011. Allí se
profirieron insultos contra el clero y contra los que allí
se encontraban en ese momento. Algunas asaltantes, entre
ellas la tal Rita Maestre, se desnudaron de cintura para
arriba y lanzaron eslóganes como “Arderéis como en el 36”.
En fin, todo muy bochornoso. Por todo ello, la portavoz de
Ahora Madrid está imputada. Hay quienes tratan de clasificar
las imputaciones, en graves y en leves, según sea el delito,
cuando de lo que se trata es de que un imputado lo es por
haber conculcado presuntamente una ley. Hasta se ha llegado
a defender sin ningún pudor que aquel asalto a la capilla
fue debido a una protesta estudiantil por la laicidad de la
Universidad Pública y en contra del tratamiento machista y
discriminatorio que da la iglesia católica a las mujeres. Si
traemos aquí tratamientos machistas y discriminatorios de
las religiones, entonces, ¿por qué no aludir al Islam? ¿Es
que hay miedo o tiene patente de corso?
Sin pretender ser exhaustivos, acaso sea obligado citar,
aunque sucintamente, los nombres de algunos integrantes de
esa mercancía averiada que se han hecho cargo de alcaldías y
concejalías, y de las tropelías de las que son autores. Así
pues, hemos sabido que un tal Antonio Pontones (del que no
tenemos noticias de sus obras completas), número 3 de la
lista de Podemos de Puerto Real (Cádiz), que forma parte del
equipo de gobierno de la citada ciudad gaditana, ya en su
día dejó escritas, en su perfil de Facebook (diciembre de
2011), perlas que merecerían mármol: “Pasado el día de la
Constitución, sinceramente y de corazón me cago en la
Constitución y en la puta transición”. Muy conocidos ya son
los desafortunados, macabros e incluso racistas tuits de los
concejales de Ahora Madrid, Zapata, García Castaño y Soto.
Todos ellos exculpados por la alcaldesa Carmena aludiendo a
la libertad de expresión y al humor negro. Y es de traca lo
del estrafalario alcalde (Podemos) de Cádiz, de sustituir el
retrato del rey Juan Carlos, colgado en su despacho
institucional (en donde ha de recibir las visitas de
personalidades españolas y extranjeras), por el de Fermín
Salvochea, anarquista gaditano del siglo XIX. El citado
alcalde de Cádiz, más conocido por “Kichi”(“un delincuente
con pedigree”, según canta), justifica ese cambio arguyendo
que el retrato del rey Felipe VI está por llegar, o eso
parece. La alcaldesa de Jerez, Ana Hernández, que, al
prometer su cargo, tiró la Biblia al suelo, alegando que es
republicana. O las declaraciones de la Colau: “No
respetaremos las leyes que consideremos injustas”. O aquella
otra que se sentó en Dos Hermanas al sonar el himno
nacional. Lo cierto y verdad es que esta mercancía averiada
nos va a dar días de gloria más pronto que tarde. Ya ha
empezado.
No debemos obviar que en esta historia hay un colaborador
necesario para que esta mercancía averiada haya podido
llegar a pisar moqueta municipal y autonómica, y ese
colaborador necesario, no se olvide, se llama PSOE. Su “ni
pactos con el PP ni con Bildu” es una muestra de que se ha
tirado al monte de la mano de la citada mercancía averiada.
Nada de crear “gobiernos progresistas”, no se confunda el
personal. De lo que se trata es de llevar a cabo una
“desestabilización social y política” de España,
continuación de la que comenzó el inútil y sectario de
Zapatero con sus leyes ideológicas. Este comportamiento nos
recuerda el comportamiento que siguió a la victoria de la
derecha en el 1933. Tan sólo decir que el año siguiente se
produjo lo que se denominó Revolución de 1934, o Huelga
general revolucionaria en España de 1934, y que importantes
dirigentes del PSOE estaban implicados hasta las trancas.
(PD/ Recuerde: faltan 9 semanas para celebrar el 6º
Centenario de la conquista de Ceuta por los portugueses: el
21 de agosto de 2015)
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