Como no podía ser de otra forma,
así vino la vicepresidenta del Gobierno a Ceuta para, de una
sola tacada, cubrir y dejar bien asentadas las dos
principales instituciones de la Ciudad, la puramente local,
Ayuntamiento y la estatal o Delegación del Gobierno.
El viaje no podía ser más
entrañable para Ceuta y, también, a la recíproca, ya que en
unos momentos como los que se viven ahora mismo, en pocos
lugares se puede encontrar un alto cargo del Gobierno sin
que le reprochen, le abucheen o le suceda algo parecido,
mientras que en Ceuta no tuvo ningún tipo de problema.
Y ya, sólo con esto, creo que
cuando en las altas esferas suene el nombre de la Ciudad, no
puede haber indiferencia, menos puede haber reproches y sí
debe haber, por derecho propio y por sus acogidas siempre
generosas, algo que hay que considerar muy positivo.
En la visita de Soraya Sáenz de
Santamaría no hubo ningún tipo de protestas, no hubo, en su
recorrido, ningún tipo de reivindicación extraña, lo que
indica que todo estaba perfectamente organizado y
controlado.
Y ella supo destacar el valor de
la moderación que representa el alcalde Juan Vivas, sin
dejar, apenas, hueco a toda la serie de radicalismos que
tanto pululan en nuestro país, en estos tiempos.
Dos actos muy importantes, en muy
pocas horas, la investidura de Juan Vivas como alcalde
presidente de la Ciudad Autónoma y la toma de posesión de
Nicolás Fernández Cucurull como delegado del Gobierno.
En el Salón del Trono del Palacio
Autonómico, la vicepresidenta del Gobierno entregó el bastón
de mando a Juan Vivas que ya sabe, desde hace muchos años,
el valor que tiene y todo lo que representa ese bastón, aquí
en Ceuta.
Y muy pocas palabras, pero todas
ellas con mensajes de unidad, solidaridad y, por supuesto,
prosperidad:”Sólo desde el diálogo abierto y desde el
respeto mutuo se pueden atender las demandas de los
ciudadanos”. Primer mensaje de auténtica cordialidad a lo
que hay que unir un complemento más:”Sólo desde la lealtad
institucional y la colaboración se puede asegurar un
horizonte de progreso y prosperidad para todos”. Para
rematar su intervención con algo que falta hoy, en muchos
sitios:”merece la pena poner en valor la moderación”.
Moderación frente a radicalismos
que surgen, se extienden y enfrentan a las gentes, sin
sentido alguno.
Mensaje, pues, de paz y mensaje de
estabilidad que es lo que ha encontrado en Ceuta, Sáenz de
Santamaría.
Y por eso, más que en ninguna
parte, la vicepresidenta del Gobierno vino a Ceuta a
reiterar algo del propio Gobierno a esta ciudad, algo que se
dejará notar cada día que pase.
Y aunque a más de uno le rechinen
los dientes, cuando no se sabe interpretar lo que indica o
puede indicar eso del laicismo, Juan Vivas, como ha sucedido
en otras ocasiones, puso en manos de la Virgen de África su
mandato, tras haber recibido el bastón de mando.
La pregunta que uno,
creyente o menos creyente, se puede hacer es ¿Qué hay de
malo en visitar a la patrona de tu propio pueblo?.
Particularmente creo que de malo no hay nada, de positivo
mucho y prefiero vivir la fiesta arropado por la patrona de
mi pueblo, antes que entrar en un jolgorio de aquellos que
rompen todo y quieren destrozar lo que la tradición nos ha
legado.
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