El humor, según mí particular
saber y entender, ni es verde, ni amarillo ni negro, ni de
ningún color. El humor es sencillamente humor. Algo que se
utiliza para arrancar una sonrisa al personal. A lo largo de
mis años escribiendo en los periódicos, he sutilizado en
muchísimas ocasiones el humor, buscando arrancar esa sonrisa
que tanta falta nos hace en los momentos difíciles que
tenemos en la vida.
Ese arrancar una sonrisa, a
personas que están pasando por malos momentos te llenan de
satisfacción. Nada más bonito hay que una sonrisa, y mucho
más si esa sonrisa, es la sonrisa de un niño. Por todo ello
y por la educación que recibí de mis padres y aprendí en la
calle, la mejor universidad del mundo, es por lo que no
entiendo eso de llamarle al humor, humor negro.
Decía Nietzche que “la potencia
intelectual del hombre se mide por la dosis de humor que es
capaz de utilizar”. No se de nadie que se ría de ese
denominado humor negro por, la sencilla razón, que son
chistes de mal gusto, que denotan rechazo y odio hacia todo
aquel que no piense como él que los cuenta. Por lo que decía
Nietzche, entiendo que todos aquellos que utilizan esa clase
de humor es precisamente por impotencia intelectual.
No creo, por supuesto, en las
descalificaciones, el insulto o el ataque a los contrarios,
por el simple hecho de ser los contrarios y no pensar como
ellos piensan. Creo, con toda sinceridad, que cuando se
inicia una campaña electoral, lo que tienen que hacer los
contendientes es exponer su programa al pueblo, para que
éste sepa a que atenerse y a quién votar.
No entiendo, por más esfuerzo que
realizo, ese humor que llaman negro, utilizado por el ya
dimitido Zapata como concejal de Cultura,, aunque sigue
manteniendo su escaño, ni que alguien lleve escrito en los
nudillos de una mano palabra odio, ni el asalto liderado por
Rita Maestre, a la capilla de universidad Complutense-
sostenes fuera y gritando “menos rosarios y más bolas
chinas”, ni los gritos que escucharon los concejales de UPN
al salir del pleno: “ahora sí vais a necesitar escolta”.
Nada de extraño que muchos políticos estén dándose toda la
prisa del mundo mundial en borrar lo que un día escribieron.
Ante estos sucesos, Podemos no
hace autocrítica y ataca al Partido Popular, defendiendo a
capa y espada al gobierno municipal madrileño, al que siente
como propio. El partido de Pablo Iglesias aseguró que toda
la polémica está creando una “situación artificial” para
hacer caer el Gobierno de Manuela Carmena.
Al Gobierno de Manuela Carmena,
que duda cabe, hay que darle al menos esos cien días que se
le conceden a todos los regidores, para saber a que
atenerse. Lo preocupante, de todo esto, es la implicación
del PSOE, en este asunto, haciéndole poco caso, por no decir
ninguno, a Felipe González o a Leguina. Y los errores en
política se suelen pagar muy caros. Por eso no entiendo,
esta actitud de Sánchez, que mientras los chavistas
arremeten contra Felipe, él diga que el que ha cambiado es
Podemos, basándose en que ya no les llaman “castas”.
Cuidado Sánchez, IU está
absorbida por Podemos y el PSOE, de seguir como va, llegará
muy mal a las generales.
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