Vivas presentó ayer a su nuevo
equipo calificándolo como un grupo de personas “de mi
confianza e idóneas” que compaginan “la experiencia de
quienes ya conocen el funcionamiento de la institución con
la frescura de quienes aún están más cerca de lo que piensan
los de fuera”, con “ganas, ilusión, fidelidad al interés
general y compromiso con Ceuta”. Exigiéndoles a la vez
“transparencia, decencia, humildad y actitud dialogante”.
Cualidades que, como el valor a los soldados, se les
presupone, pero que estarán obligados a demostrar desde hoy
mismo al frente de sus responsabilidades.
Como al comprar un coche usado no
hay que dejarse engañar por la chapa y la pintura; tampoco
por el pulido de las llantas o los neumáticos brillantes de
cera. Lo importante no se percibe a simple vista. El motor,
los frenos, la suspensión y la caja de cambios requieren
rodaje para demostrar su idoneidad. Rodaje que el nuevo
equipo de Vivas comienza en el día y que demostrará si el
presidente ha sido capaz de cambiar el motor de su Gobierno
o se ha limitado a mandarlo al chapista, para que le pase la
mano y pueda vender mejor una mercancía inalterable.
El Gobierno renovado está en
marcha. Vivas confía en que con su nuevo equipo puede
recuperar la confianza perdida de muchos ceutíes, pero no lo
va a tener fácil. Para conseguirlo deberá sintonizar con los
ciudadanos, ser más sensible con sus problemas o bajar al
ruedo a explicar por qué se toman algunas medidas y por qué
se deben tomar. En este sentido debería empezar por mejorar
la comunicación, un aspecto que no ha sido su fuerte durante
la última legislatura.
El presidente Juan Vivas
tiene ante sí un gran esfuerzo. Pero su éxito y el de su
equipo de Gobierno será el éxito de todos los ceutíes. Manos
a la obra.
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