Treinta y tres paisajes. Esto es lo que recoge ‘Imagine’,
una exposición fotográfica en la que participan los ceutíes
Carlos Larios, África Márquez y Samuel Cabello, quienes por
primera vez exponen de forma conjunta. El proyecto nació de
su trabajo en la Asociación Miradas, donde han compartido
cursos y exposiciones. Ahora, con esta muestra que se expone
en la Biblioteca Pública del Estado hasta final de mes
invitan a los ciudadanos a “dejar volar su imaginación” por
los paisajes que les muestran. África Márquez y Carlos
Larios han hablado con EL PUEBLO de cómo es el proceso
creativo hasta exponer una fotografía y de lo que no se ve
detrás de una imagen, un trabajo laborioso y, a veces, poco
reconocido.
Pregunta.- ‘Imagine’ es una exposición a tres bandas,
¿habían trabajado antes de forma conjunta los tres autores?
Respuesta (África Márquez)- Sí y no. No exponiendo en
solitario, pero sí como integrantes de la Asociación
Fotográfica Miradas. Nos conocíamos de ahí, formamos parte
de activa de la asociación, habíamos hecho cursos,
participado en la exposición ‘17 miradas’ y somos
compañeros.
P.- ¿Qué pretenden transmitir a través de ‘Imagine’?
R. (C.L.)- Cada fotografía intenta expresar una cosa
individualmente, en conjunto, quizás, el objetivo es
transmitir la manera de ver las cosas que tenemos nosotros.
Cada fotógrafo tiene una manera de ver las cosas y la
fotografía nos permite capturar esa manera de ver y
transmitirlo a la gente. El nombre de ‘Imagine’ va muy bien,
por que significa imagina en inglés, y soy de la opinión de
que una fotografía antes de existir, te la imaginas, la
realizas y una vez que está procesada, hasta que no la
expones y la ve la gente, no existe realmente. El exponer
nuestras fotografías es sacar una parte de nuestra
imaginación al público y que se convierta en algo tangible.
P.- Habla del proceso de preparación de una fotografía,
¿hasta que punto es importante preparar una foto? ¿o a veces
simplemente surge?
R. (A.M.)- Hay de las dos cosas. A veces ves la fotografía,
la imaginas cómo va a quedar, y otras veces la captas porque
surge, porque ha pasado un momento por tu vida esa imagen y
la tienes que coger.
(C.L.)- La mayoría de las grandes fotografías se imaginan
antes, se preparan y tienen una buena dosis de paciencia,
trabajo y de repetir la toma hasta que sale lo que querías.
P.- Ahora que está tan de moda programas de edición como
el ‘Photoshop’, ¿cómo fotógrafos están a favor o en contra?
¿Una imagen tiene que ser pura?
R (A.M.).- Pienso que la fotografía también hay que editarla
cuando sale de la cámara. Particularmente no se trabajar
mucho la edición y poca cosa hago, y tampoco me gustan las
composiciones hechas con los programas de edición donde se
altera la realidad. Si un cielo es azul no se puede poner
naranja y no se puede colocar dentro de la imagen cualquier
otro objeto que no existe.
(C.L.)- Yo soy diseñador gráfico y a diario utilizo estos
programas, pero para fotografía no, no retoco. Pierdo más
tiempo haciendo la fotografía para luego terminar de
revelarla y rectificar los errores. Soy más bien un
fotógrafo purista, aunque no me gusta poner esas etiquetas.
En realidad el purismo debería quedarse sólo en el
fotoperiodismo, que es el que más debería ajustarse a la
realidad del momento, mientras que el resto de ramas de la
fotografía no dejan de ser artísticas, por lo cual se
debería tener en cuenta que hay un buen margen para la
interpretación.
P.- Una vez que una fotografía está pensada y estudiada,
¿sale a la primera o es necesario tirar muchas fotos?
R. (A.M.)- Raras veces con una basta. Para mi es necesario
tirar cuatro o cinco para ver cuál está bien expuesta y bien
tomada, si la imagen está y yo la quiero así.
(C.L.)- Esa idea del momento decisivo, que viene de Henry
Cartier Bresson, en realidad no es porque no hay un momento
decisivo, sino que de una serie de tomas eliges la que más
se ajusta a lo que quieres decir. Se trabaja mucho más de lo
que parece, aunque a veces tienes la suerte de que una foto
es la buena, pero aún así sigues probando para tener donde
elegir.
P.- La formación para un fotógrafo, ¿hasta qué punto es
importante?
R. (C.L.)- La formación en todo es muy necesaria. Hay mucha
parte de técnica, aunque se trabaje la imaginación. Luego se
trabaja también con aspectos de composición y de luz, que
sirven para apoyarte en ellas y expresar lo que quieras. Al
final se mezclan los conocimientos con la intuición y con lo
que en ese momento tienes.
P.- Ahora, con los smarthphones c todos pueden hacer
fotos y además hay redes sociales de imágenes, ¿qué les
parece este auge?
R. (A.M.)- Perfectamente con un teléfono móvil se puede
hacer una fotografía y, de hecho, en la exposición hay una
foto de Samuel que me encanta y está hecha como un móvil. No
necesitas llevar una cámara cara encima para hacer una foto,
es cierto que un instrumento preciso te va a ayudar a
hacerla mejor, pero también es cierto que otros te puede dar
una imagen bonita.
(C.L.)- La calidad del equipo es importante en el sentido de
que un buen equipo te va a dar más nitidez o más luminusidad,
pero la cámara no va a hacer la foto por ti. La calidad por
la que se mide una foto, es un conjunto de cosas que no
tienen nada que ver con el apartado técnico, te puede dar un
punto más para la calidad visual, pero no de la foto. De
hecho, las grandes fotografías están hechas con cámaras de
peor calidad que los móviles actuales y no por eso dejan de
ser buenas fotografías.
P.- En esta exposición se ven paisajes, pero ¿qué es lo
que más les gusta fotografíar?
R. (A.M.)- A mi me gusta mucho fotografiar paisajes urbanos
y naturales, pero soy más de detalles, aunque me gustan
muchas cosas. No creo que pueda definirme.
(C.L.) A mi también me gusta picotear un poco de todo, pero
quizás lo que más me gusta, aunque puede que no sea lo que
mejor se me dan, son los retratos.
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