El acoso escolar es cualquier tipo de agresión física o
psicológica que es mantenida en el tiempo y así lo
especifica Ana María Romeo, de Psycocoach Ceuta, para
recordar que un hecho puntual no tiene por qué ser acoso. Sí
se trata de estos casos los que tienen una clara intención
de hacer daño, son continuados y se observa un desequilibrio
de poder. “La víctima siempre se va a encontrar o sentir muy
por debajo del agresor o agresores”, explica Romeo. Como
especialista, ella recomienda que cuando se detecta un acoso
es primordial que el menor tenga el apoyo de la familia para
superar la vergüenza y contarlo.
A veces, advierte, los niños llegan a pensar que son
culpables porque se les genera una gran inseguridad.
Entonces, son muchos los que ni siquiera dan el paso de
compartir lo que están pasando. Algunos de los síntomas,
explica Romeo, son cambios de comportamiento muy notables.
“El niño deja de salir, se muestra muy nervioso cuando tiene
que ir al colegio, no quiere hacer actividades
extraescolares, no quiere salir con sus amigos...”, cuenta
esta especialista para apuntar que estos sentimientos se
somatizan en dolores de cabeza, o malestar del estómago.
Síntomas que se en casi todos los casos.
Desde Primaria
Para el acoso escolar no hay edades predeterminadas. Romeo
señala como en su consulta ha tratado a niños acosados desde
segundo de Primaria hasta la Secundaria. Sobre todo,
traslada, hay patrones que se trasladan. El sobrepeso sigue
siendo un aspecto por el que “machacan” a los niños desde
incluso las primeras etapas de la educación.
En su consulta, Romeo ha detectado como el número de casos
de acoso escolar aumenta y, alerta de que, se están ayudando
mucho de las redes sociales para perseguir a otros menores.
“Las redes sociales está facilitando a los acosadores la
labor de hacer más daño”, lamenta esta especialista para
alertar de cómo, en la adolescencia, el hecho de que
cuelguen una fotografía en las redes sociales hace que para
el menor al día siguiente suponga “todo un mundo ir a
clase”.
Hablar con el tutor y la dirección del centro también es
importante, según apunta Romeo, que aconseja que se haga por
escrito. “Si no presentan por escrito su reclamación, que lo
envíen vía burofax, para alertar de las conductas de acoso
hacia su hijo y que soliciten, como medida, que se aplique
el protocolo oficial contra el acoso escolar”, recomienda. Y
es que, advierte, hay casos en los que el centro achaca lo
ocurrido a “cosas de niños”. Asimismo, esta especialista
también anima a las familias que detecten que su hijo sufre
acoso a ponerlo en manos de un profesional. “Yo he trabajado
con adultos y sufren todas las consecuencias de las
experiencias que han tenido en la infancia y la
adolescencia, según la OMS un 80% de los trastornos mentales
tienen su origen en la infancia”, cuenta.
En el caso de las familias de los acosadores, Romeo aconseja
que se recurra a la comprensión y el diálogo. “El fondo de
la cuestión es la falta de valores que se inculca a los
niños”, apunta para señalar como detrás de este problema hay
otros mayores como una falta de atención. Por ello, Romeo
anima a tratar el problema desde las dos partes.
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