Guitarras, vestidos de volantes,
sombreros, varas para ayudar al caminante, y mucha devoción.
Nada faltó ayer en la romería de San Antonio, que estuvo
plagada de personas que, con un atuendo especial para este
día, subieron hasta la ermita del santo, en el Monte Hacho,
para celebrar esta festividad tan arraigada en Ceuta. Y es
que, San Antonio es el protector de la ciudad, desde la
atalaya del Hacho, pero también vela porque los caballas
logren un buen novio o una buena novia, e intercede por
todos aquellos que acuden a él para pedir ayuda. Así lo
recordó ayer en la Eucaristía celebrada a las puertas de la
ermita el vicario de Ceuta, Juan José Mateos, que repasó la
vida del santo de Padua del que, recordó, ha sido uno de los
que mejor se ha ganado el corazón de los cristianos.
Predicador incansable y misionero popular en Francia e
Italia, San Antonio es uno de los santos más queridos y lo
que predicaba, a través de los evangelios, sigue estando de
actualidad, según trasladó Mateos.
El vicario invitó a las decenas de
fieles que acudieron ayer hasta la ermita en romería a
seguir el ejemplo de San Antonio y no permanecer
indiferentes al sufrimiento. Además, también instó a
trabajar por una sociedad más justa, más fraterna y más
humana. “El hombre de hoy necesita escuchar la noticia de la
salvación de Dios y dejar de lado la soberbia”, advirtió
Mateos para asegurar que “no somos dioses”. Por último, el
vicario pidió a San Antonio que interceda por las familias
más necesitadas de la ciudad, así por quienes anuncian el
evangelio y también por quienes rigen los destinos de Ceuta.
Canciones a su paso
Tras la Eucaristía, Mateos
encabezó la procesión que llevó a San Antonio por el entorno
de la ermita seguido de fieles devotos que, cada año,
cumplen con la tradición de visitar al santo este día. En el
camino se encontraron con el coro ‘Aires Caballas’ que tenía
preparada una sevillana dedicada a San Antonio escrita por
Pepe ‘Patillas’.
A pesar de que el tiempo no
acompañó y la viento no abandonó el Hacho, los fieles
disfrutaron de una romería y una procesión plácidas, sin un
sol asfixiante sobre sus espaldas. Tras recorrer las calles
cercanas a la ermita, acompañado de la Banda Municipal, San
Antonio se recogió en torno a las dos de la tarde con una
gran ovación por parte de los devotos que ya esperan volver
a verlo el próximo año. Mientras, tendrán el tradicional
‘panecillo’ para recordarlo y que el santo interceda por sus
peticiones. Y es que, fueron pocos los fieles que se
marcharon del Hacho sin recoger su panecillo que, como manda
la tradición, será guardado hasta el próximo año. Los
miembros de la cofradía fueron los encargados de repartir
estos panes entre las decenas de personas que se agolpaban
junto a la puerta enrejada desde donde se entregan. Algunos
de ellos, incluso estaban allí apostados desde antes de que
comenzara la Eucaristía.
Tras el reparto de panes, la
fiesta continuó en la explanada del mirador, donde había
instaladas varias barras para ofrecer comida y bebida.
Además, también se repartió a todos arroz de una gran
paella.
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