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OPINIÓN - SÁBADO, 13 DE JUNIO DE 2015

 
OPINIÓN / COLABORACION

La hípica como medio de superación

Por Lucía


LUCÍA: “Hola a todos, me llamo Lucía, tengo 23 años y soy una chica con Síndrome de Down. Me gustaría contar la historia de cómo la hípica contribuyó a mejorar mi calidad de vida, no sólo porque me ha mantenido cercana al mundo de los deportes, sino también por el continuo contacto con la naturaleza y los animales, la responsabilidad que supone su cuidado y en especial la gran cantidad de amigos y amigas que he tenido la oportunidad de conocer, tanto compañeros de hípica, como a los monitores y trabajadores de la Escuela de Equitación, que tanto cariño me han demostrado siempre, y yo siento cuando una persona me muestra cariño de verdad. Me encanta cuando me dicen: que bien lo has hecho Lucía, eres una campeona! Practico la equitación desde que tenía 9 años y aún hoy continuo haciéndolo con la misma ilusión que el primer día.

Recuerdo la expectación de vestir por primera vez mi equipo: el pantalón ajustado, el polo, la sudadera, los guantes, las botas y, cómo no, el casquette que tanto me costaba abrochar, aunque siempre nos ayudaban las monitoras. La fusta no era mi preferida, pues no me parecía bien azotar a los caballos. Pero todo formaba parte del encanto y no me habría perdido por nada del mundo.”

PADRES DE LUCÍA: “Me llamo Isabela y mi marido Miguel y somos los padres de Lucía. No voy a hablaros de nosotros, sino de ella, de sus logros, de sus triunfos y de su esfuerzo continuo en superar las metas que ella misma se propone y las que desde pequeña, como es lógico, le hemos ido proponiendo nosotros y cuantos profesionales y educadores han tenido el privilegio de trabajar con ella. Una de esas metas ha sido y sigue siendo montar a caballo.

Todo comenzó el día en que el Instituto Ceutí de Deportes nos ofreció a los padres que formábamos parte de la Asociación de Down Ceuta la posibilidad de que nuestros hijos, al igual que los chicos de otros Centros y Colegios, practicaran algún deporte, contando con la colaboración de la Ciudad Autónoma de Ceuta, a través de este Instituto. Nos dieron a elegir y, tras deliberarlo entre todos los padres, nos decidimos por la natación (hidroterapia) y la equitación (hipoterapia), ya que nos pareció que eran dos actividades muy beneficiosas para nuestros hijos en todos los sentidos.

A partir de ahí, nos pusieron en contacto con Javier Pérez, actual Director del Centro de Equitación de la Ciudad Autónoma de Ceuta, procedente de la Escuela de Equitación de Jerez, donde ya había tenido sobrada experiencia en la hipoterapia, y desde la que venía cargado de ilusión con la idea de poner en práctica este proyecto, novedoso en nuestra Ciudad, porque, si bien para él y para todo su equipo, es un orgullo formar a cualquier joven en el arte de la equitación, me consta y así lo han expresado siempre, que la joya de la hípica son los chicos de la hipoterapia.

Por aquel entonces contábamos con un grupo de niños y niñas bastante homogéneo, entre ocho y diez años (Lucía tenía 9 años), además del grupo de los más pequeños. De tal modo que comenzaron a iniciarse en esta actividad tan desconocida como atractiva para todos nosotros y, sorprendentemente, desde el principio pudimos percibir los beneficios que aportaban a nuestros hijos.

Entre otros, puedo recordar la ilusión de vestir el equipo de equitación; el acercamiento a unos animales tan grandes para ellos que todavía eran unos niños; la camaradería entre ellos, siendo aún tan pequeños, dándose ánimos unos a otros; la mejora de su forma física al intentar mantener el equilibrio a lomos de su pony; y sobre todo recuerdo como nota más valiosa el especial cuidado y cariño que les dedicaban tanto los monitores como el resto del personal que formaban la escuela de equitación.

Este trato siempre ha estado presente a lo largo de todos estos años, como si de una norma se tratara y para los que somos padres de unos hijos tan especiales como son los nuestros, es un valor que para nosotros no tiene precio. Y esto los chicos lo perciben y refuerza su confianza en sí mismos al sentirse apoyados y queridos, no sólo porque les aplaudan y alaben cuando consiguen las directrices que les van marcando, sino también porque les corrigen en sus errores con toda la naturalidad y el cariño del mundo, que, dicho sea de paso, es una de las claves básicas para el aprendizaje y el desarrollo emocional de cualquier niño.

Los comienzos en la entonces Hípica de Viña Acevedo, estuvieron cargados de expectación por parte de todos, padres, alumnos y personal de la escuela de equitación y muy pronto llegamos a conectar con todo lo que conlleva este deporte.

Con cada exhibición de fin de curso hemos ido viendo crecer a nuestros hijos tanto en edad como ir creciendo como personas. Algunos ya no continúan en la Hípica porque se marcharon de Ceuta o bien por otros motivos. Otras generaciones de chicos y chicas han ido llegando, todos con la misma curiosidad e ilusión con la que empezamos. Prueba de todo esto es la extensa colección de instantáneas que hemos ido recopilando.”

LUCÍA: “Todos en la hípica me dicen que he ido mejorando mucho como amazona, desde los primeros ponys hasta los caballos que monto ahora y aunque comencé en el grupo de hipoterapia, ahora estoy en otro grupo de mayores haciendo nuevos amigos y amigas. He ganado muchas medallas, copas y trofeos. Troto muy bien, pero me gustaría que a mi madre no le diera tanto miedo que galope y me permitiera algún día saltar.”

PADRES DE LUCÍA: “Lucía es una chica que no sólo ha practicado y sigue practicando la natación y la equitación, estuvo asistiendo durante cuatro años a danza clásica en la Academia de Rosa Founaud, practica el tenis de mesa, ha participado destacadamente en los Juegos del Estrecho en natación, dentro de su modalidad, pertenece al grupo local de teatro “Conmedia Farsa”, con el que ha tenido la oportunidad de participar en varias obras de teatro y una colaboración con otra academia de danza en una obra de ballet argumentada. Y por supuesto, sigue estudiando y aprendiendo cada día tanto en sus clases en nuestra Asociación Down Ceuta, como en diversos centros de estudios, habiendo realizado un PCPI de Jardinería en el Colegio de Educación Especial San Antonio y un curso de Auxiliar de Comercio homologado por el Ministerio de Educación.

Con todo ello quiero significar que tanto para ella o los chicos que son como ella, como para cualquier joven que está empezando a formarse, es muy importante que nosotros los padres les procuremos cuantos estudios y cuantas actividades podamos proporcionarles y que se adapten a sus aptitudes. Y en el caso concreto de la hípica, cabe preguntarse, además, cuántas ciudades tienen la suerte y el privilegio de disponer de una escuela de equitación como la que contamos en la nuestra, actualmente Centro de Equitación de la Ciudad Autónoma de Ceuta?”
 

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