Un agente retirado de la Guardia
Civil falleció en la mañana de ayer en Ceuta por el disparo
de su arma. El agente recibió un único disparo en la cabeza,
cuando se encontraba en su domicilio. Según han informado
fuentes del Instituto Armado, se trata de un capitán
retirado, identificado como J.H.B, de 65 años.
En la Comandancia la noticia cayó
como una jarro de agua fría. No es la primera vez que una
cosa así ocurre, en los últimos años otros guardias se
quitaron la vida en Ceuta por el mismo procedimiento. “Nadie
sabe lo que pasa por la mente humana en un momento de
desesperación”, se lamentaba un mando de la Comandancia
ceutí.
Tragedia oculta
“Es nuestra tragedia oculta”. Así
define un portavoz de la AUGC, la asociación de la Guardia
Civil con más afiliados, un tema tabú y sinónimo de polémica
dentro de la Benemérita: los suicidios en la institución más
valorada por los españoles, según las últimas encuestas del
CIS. Para la dirección de la Guardia Civil se trata de una
prioridad de primer nivel, por eso la Benemérita es uno de
los pocos cuerpos policiales del mundo que tiene un equipo
de psicólogos especialistas en conductas suicidas. Las
estadísticas oficiales revelan que desde 1982 se suicidan
una media de 14 agentes cada año (447 muertes en total hasta
junio de 2014), cifra que podría haber sido mayor porque en
ese mismo periodo hubo otros 401 guardias que lo intentaron.
Acceso a armas
Mientras, el Gobierno relaciona
que pueda haber más suicidios en la Guardia Civil a que sus
agentes, en virtud de su trabajo, tienen acceso a armas de
fuego, que se destacan por su alta “letabilidad” si alguien
las usa para quitarse la vida.
Así lo indicó el Gobierno al
Congreso el pasado mes febrero, donde la líder de UPyD, Rosa
Díez, quien se había interesado sobre el “plan de Prevención
de Conductas Suicidas y alta tasa de suicidios existentes en
la Guardia Civil”.
En este sentido, el Ejecutivo
aseguraba que los miembros de la Benemérita tienen acceso a
un medio de “alta letalidad como son las armas de fuego”,
circunstancia que no se da, con carácter general, en el
resto de la población.
Asimismo, en la respuesta se añade
que “está demostrado científicamente que la accesibilidad a
las armas aumenta el número de suicidios”. De acuerdo con lo
anterior, el Gobierno considera que “intentar extraer
conclusiones fiables de la comparación de tasas de suicidio
entre la población nacional y la Guardia Civil es un
ejercicio científicamente inválido que sólo puede generar
confusión”.
Un 50% menos de bajas
psicológicas
Por otro lado, el Ejecutivo indicó
que en marzo de 2002 entró en vigor el Plan de Prevención de
Conductas Suicidas, donde se investiga sobre los factores de
riesgo, así como se instruyen módulos formativos sobre
competencias emocionales que se revelan útiles en la
prevención de las conductas suicidas.
Asimismo, recordó que en
julio del 2010 entró en vigor del Plan Preventivo de
Asistencia Psicológica (PPAP) que realiza las acciones
previstas desde los tres niveles de prevención y las
evaluaciones anuales. Todo esto, a juicio del Gobierno, ha
ayudado a la evolución de las bajas psicológicas dentro de
la Guardia Civil, en el período 2004-2013, que presenta una
disminución significativa, ya que las bajas médicas de
origen psíquico han disminuido en más de un 50%, pasando de
las 2.583 bajas en 2004 a las 1.280 en 2013.
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