Mañana tendrá lugar la
constitución de la nueva legislatura en Ceuta, comienza con
sorpresa y desconcierto. Hace dos días nos enteramos por los
medios de comunicación de la renuncia del Secretario General
de Partido Socialista Obrero Español de nuestra ciudad, que
abandona todos sus cargos tanto como político de nuestra
ciudad y en su partido, por lo tanto no tomara posesión de
su acta de diputado para los próximos cuatro años. Desde
este pequeño rincón, solo desearle todo lo mejor en su nueva
etapa en la vida.
Deseo que este nuevo equipo que
mañana comienza su andadura, del que forman parte todos los
partidos políticos, haga un buen trabajo parlamentario,
buscando en todo momento el avance en favor de los
ciudadanos, tanto en la aprobación de reglamentos como en la
gestión del día a día.
Esta nueva legislatura va a ser
distinta. Hay una mayorías absolutas justa, tienen por
delante una nueva forma de hacer política entre todos los
diputados, de escuchar a los ciudadanos y de buscar que los
ciudadanos de Ceuta continúen mejorando. Todo esto es lo que
tienen que conseguir trabajando en esta nueva etapa que
comienza mañana.
Muchas son las promesas dadas a
los ciudadanos en la campaña electora, muchos son los
rumores de consejeros/as, viceconsejeros/as, directores/as
generales, gerentes, asesores y demás cargos de confianza,
los cuales a partir del lunes se tendrán que repartir, en
muchos casos incomprensibles para la ciudadanía, y se verán
personas de difícil comprensión para el puesto de confianza
que asumirán en las próximas semanas.
La próxima legislatura que
comienza mañana, debería ser la de la reforma de la política
de nuestra ciudad. Ahora es posible abrir el abanico de
prioridades para llevar a cabo las reformas políticas y
económicas que son necesarias para hacer frente a los retos
de la ciudad en que vivimos, en el que la globalización y la
nueva revolución digital traen enormes posibilidades, pero
también riesgos.
Para lograrlo, los nuevos
políticos deben ser capaces de aprovechar el tiempo, para
promover un debate público, democrático y plural sobre las
prioridades de la próxima legislatura. Este debate es
esencial por tres razones. La primera es que contribuirá a
crear un consenso amplio en la sociedad de Ceuta en favor de
la reforma. La segunda, que permitirá que los ciudadanos
puedan tomar decisiones bien informadas. Y la tercera, que
favorecerá el espíritu transaccional, la voluntad de pacto y
la capacidad de los partidos a la hora de llegar a acuerdos
que faciliten las reformas y la gobernabilidad.
El tiempo electoral que estamos
viviendo no es un tiempo electoral más. La evidencia la
habíamos tenido ya en las elecciones europeas. Y se ha
vuelto a manifestar en las elecciones a la Ciudad Autónoma
de Ceuta del pasado mes de mayo. Se podría decir que se está
produciendo una “revolución democrática”, entendiendo por
tal una modificación importante del sistema tradicional de
partidos y un cambio parcial de la clase dirigente por la
vía de las urnas. Aunque falta por ver en qué medida ésta
transformación se mantendrá o no, no cabe duda que debemos
afrontar esta transformación del sistema de partidos con
conciencia clara de su trascendencia y de sus consecuencias.
Me gustaría terminar este
articulo con una pequeña reflexiona. Aquellos personajillos
de la vida social de nuestra ciudad, que al encontrarse sin
argumentos para rebatir artículos con total fundamento y de
prestigio, pasan al insulto fácil, a la descalificaron como
simple arma de defensa, se desprestigian ellos solos, las
actitudes, la profesionalidad y el respeto de los demás, lo
consiguen los profesionales después de muchos años de
dedicación a una actividad reconocida por todos. Aquellos
que solo buscan el reconocimiento de unos pocos seguidores
incapaces de ver la verdad de la situación, donde la mentira
y el engaño son los únicos argumentos para defender una
situación indefendible de un despilfarro de dinero publico.
Por todo ellos se dice que “ofende el que puede no el que
quiere”, en este caso la ofensa pasa a ser un reconocimiento
de contar la verdad que nadie puede rebatir, donde los
tiempo de las mentiras y los engaños del dinero publico
están por terminar y la ley por cumplir.
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