Javi Pérez cumplirá al final del
presente curso quince años al frente de la Hípica. Un
periodo en el que, como director de la Escuela de Equitación
de Ceuta, ha trabajado con centenares de alumnos a los que
ha tenido la oportunidad, junto con sus monitores, de
enseñar la vida de un jinete y el trato con los caballos.
Así, Javi Pérez hace balance de este periodo con una carta
abierta en la que afirma que:
“Con motivo de este curso que ya
toca su fin, y con la clausura del próximo sábado, habré
cumplido 15 años como director de la escuela de equitación
de mi ciudad.
Mucho ha pasado en todo este
tiempo y si en un momento tuviera que valorar lo acontecido
en este periodo, sin dudarlo diría que lo bueno supera con
creces a lo malo que hay podido haber.
Cuando en 15 años de trabajo y
dedicación plena a una vocación, lo único malo es tener
detrás a un pobre desgraciado que sólo sabe ser un rastrero
y que está catalogado como un vividor que siempre ha estado
al sol que más calienta, hace que uno se sienta feliz con el
trabajo realizado.
Podría destacar tantos buenos
momentos que me faltaría papel para plasmarlo, recuerdo con
especial cariño los primeros nacimiento de nuestros potros o
el inicio del hipoterapia, por primera vez en la vieja
hípica de Viña Acevedo con el que el tierno grupo de
síndrome de Down o la emotiva despedida de la hípica militar
que nos vio crecer a muchos de nosotros. Es por ello que, ya
que de bien nacido es el ser agradecido, debo dar las
gracias a los que de una manera u otra han contribuido a que
lo que en el año 2000 era un proyecto ilusionante, hoy sea
una realidad de la cual se benefician muchos ceutíes.
Desde Juan Antonio García
Ponferrada, pasando por el apoyo de mi familia hasta el
gobierno de la ciudad y acordándome del estamento militar,
puedo decir que me he sentido y me siento arropado en la
tarea de dirigir está consolidado escuela.
Pero no puedo olvidarme de mi
gente, de mi equipo, de los cuales siempre digo que sin
ellos nada sería posible, haciendo mención especial a mi
grupo de mozos de cuadra y a todos los monitores que han
echado tantas horas de sol en las pistas demostrando cariño
y profesionalidad en algo que les aseguro que les produce
una satisfacción increíble.
Y, por supuesto, a todos los
alumnos que un día decidieron acercarse a conocer
simplemente como era el acariciar un caballo.
Me siento un afortunado por
trabajar en lo que todos sabéis que es mi pasión y espero
poder seguir haciéndolo muchos años más.
Aprovecho para invitar a acercarse
por las extraordinarias instalaciones del Centro Ecuestre
Ciudad de Ceuta, un paseo, les aseguro que se sorprenderá
con lo que allí se encontrarán y, por supuesto, se sentirán
como en su casa disfrutando del medio ambiente, de las
vistas y de una variedad de animales que sorprenderá niños y
mayores.
Este es mi trabajo, estoy
orgulloso de él, y como no podía ser de otra manera, el
último agradecimiento va para todos vosotros caballos y
ponis, gracias por un día permitirme entrar en vuestro
mundo, por mostrar la nobleza que tenéis, por ser
“herramientas terapéuticas” para los que os necesitan, por
ser cariñoso con tantos y tantos niños y, como no, por
alegrarnos la vida tantos y tantos aficionados.
Gracias por estos quince años y
por otros muchos más”.
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