Si las guerras civiles son
fraticidas las de religión lo son doblemente, pues en muchas
ocasiones afectan a miembros de la misma comunidad política.
Entre las tres grandes religiones abrahámicas (prefiero el
término al de monoteístas), las matanzas intrareligiosas han
estado a la orden del día. Ya en el Israel histórico
(periodo de la provincia Palestina de Roma), las diferencias
entre saduceos y fariseos por un lado y zelotes por otro,
facilitaron la conquista de Jerusalen por las legiones de
Tito (70 de la EC).
Pero fue especialmente en la formación de Europa, entre 1558
y 1598 y en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648),
cuando católicos y protestantes de diferente signo
dirimieron por la brutal fuerza de las armas y con gran
crueldad, sus diferencias teológicas, desolando a sangre y
fuego y en el nombre de Dios el Viejo Continente. En el
ínterin y en la Península Ibérica, la no menos cruel guerra
de las Alpujarras (Granada, 1568-1560) acabó con la
resistencia criptomusulmana y morisca. Siglos antes, entre
1209 y 1244, el Papado de Roma promulgó la Cruzada contra
los cristianos cátaros, también conocidos como albigenses:
“Matadlos a todos, Dios ya conocerá a los suyos”.
Para el profesor Rafael Benítez, si la paz religiosa de
Augsburgo de 1555 “oficializó la división religiosa del
mundo germánico entre católicos y protestantes”, en Francia,
Inglaterra y España “La principal línea divisoria era la que
separaba a católicos y protestantes (....)”
Aun en pleno siglo XX mezclando nacionalismo y religión, los
católicos irlandeses del grupo terrorista IRA se enfrentaron
con especial saña (odio que les sería devuelto bíblicamente)
contra los protestantes anglicanos del Reino Unido de la
Gran Bretaña.
Respecto a los musulmanes, después de la fundación de ésta
religión por el profeta Mahoma tras la Hégira en 622 (para
los musulmanes traslado o migración, políticamente huída) y
después de su muerte, acontecida en Medina el 8 de junio de
632, los conflictos empezaron a aflorar. Pero es durante el
califato ortodoxo de Alí (656-661), primo y yerno de Mahoma,
cuando estalla abiertamente la guerra civil entre los
sunníes o tradicionalistas, alentados por la aristocracia
mecana y los legitimistas shiítas, conflicto que llega hasta
nuestros días y que está desangrando Oriente Medio. ¿Un eco
salvando las distancias de las guerras de religión
europeas...? Eso parece.
La guerra civil en el Islam es hoy una realidad empírica.
Al modesto juicio de este escribano del limes, el denostado
Marx (una cosa es el materialismo histórico como método y
otra la praxis comunista) y su famosa frase son de plena
actualidad: “La religión es el opio del pueblo”. Sobre todo
de algunos. Pluralizo. Sí, parece mentira pero hoy más que
nunca. Y no confundan la idea de Dios y el deísmo o el
sentido de la trascendencia... con la religión.
Haya salud. Visto.
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