Si metemos a una rana en un
caldero con agua hirviendo, la rana saltará. En cambio, si
la metemos en un caldero con agua templada y, poco a poco,
la vamos calentando, la rana se irá aclimatando hasta morir
hervida. Este corto ejemplo nos sirve para entender el
mecanismo mediante el cual un gobierno lleva a cabo sus
ataques contra los derechos ya interiorizados de los
ciudadanos. No puede hacerlo de golpe, pues la población se
opondría de forma tajante. Lo hace de manera pausada,
implementando medida tras medida hasta ir logrando su
objetivo, acelerando y frenando, adoptando una tendencia de
“diente de sierra”.
El Ministerio de Educación, organismo del que depende
directamente el ámbito escolar de Ceuta, ha anunciado un
drástico recorte en la oferta educativa local que afectará a
cuatro institutos, a sus alumnos y a sus docentes. Algunos
dirán que no es para tanto, ignorando el contexto en el que
se toma tal medida: un contexto de claro ataque a la
Educación Pública. El recorte anunciado para Ceuta hay que
enmarcarlo dentro de una ofensiva de la que forman parte la
LOMCE, la subida de tasas, el modelo 3+2 o la elevación de
ratio. Un ataque más. Un grado más en la temperatura del
caldero.
La crisis del Estado Social en los años 70 fue la ventana de
oportunidad para la implantación del modelo neoliberal. Hoy,
la crisis de este sistema basado en la desregulación
financiera y el “capitalismo de amiguetes”, está sirviendo
para que el Partido Popular, en base a un relato inventado
sobre los orígenes de la crisis, imponga aun más
neoliberalismo, más privatizaciones, más atentados a los
derechos de los ciudadanos. Echan gasolina al fuego porque
la crisis no es más que la excusa para terminar de imponer
su modelo perfecto: aquel en el que lo público quede
reducido a lo marginal. Y no lo niegan.
El Partido Popular se define como liberal en lo económico,
lo que es lo mismo que decir que creen en el mercado, por
encima del Estado, como regulador de las relaciones
sociales. Es decir: menos Estado y más mercado. Es decir,
menos Educación Pública, menos Sanidad Pública, menos
pensiones públicas y más negocio para las empresas privadas.
Todo su proyecto político e ideológico va encaminado a dicho
fin. A que cuando echemos la vista atrás nos demos cuenta de
que hemos muerto hervidos.
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