PACO ANTONIO: UNO DE LOS GRANDES
FRANCISCO MÀRQUEZ, DIPUTADO NACIONAL DEL PP
“Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas
y estercolas, compañero del alma tan temprano”
No conozco lamento más profundo en castellano que éste que
dirigía Miguel Hernández a su amigo del alma Ramón Sijé con
ocasión de su muerte. Un lamento hondo, impotente, de
frustración y de pena negra. Solo es posible comprenderlo
cuando el destino nos arrebata a alguien querido y especial.
Así me siento en estos momentos. Se ha ido Paco. Se ha ido.
Después de luchar como un jabato herido su cuerpo, que no su
alma, no ha podido más. Nos ha dejado rotos de dolor y de
rabia. Huérfanos de su compañía. Frustrados por no poder
tenerle más entre los que le queríamos.
Duele el alma hablar de él en pasado. No parece real. Hasta
el último día pensábamos que su naturaleza, esa fortaleza
asombrosa que le inyectaba vitalidad a raudales, haría su
trabajo y nos lo devolvería una vez más. En él hasta eso
parecía normal. No pudo ser. Quizás él también se merecía
poder descansar . Quizás sea eso.
No son estos párrafos una expresión al uso. Son la
materialización de un dolor inmenso por la frescura de la
herida y por la conciencia inapelable de la enorme perdida.
Quienes le conocimos bien y le disfrutamos sabemos cuánto
perdemos. Y sabemos también lo que Ceuta pierde. Paco fue un
hijo adoptado por Ceuta porque él le demostró su amor a
mansalva. Fue uno de esos fenómenos mágicos que produce
nuestra tierra. Alguien al que el destino llevó allende el
Estrecho y que con esa travesía vio cambiado su propio
destino. A partir de ese momento se transformó con la fe del
converso en el más arduo luchador por los intereses de
nuestra tierra. Con pasión y con convicción. Dentro y fuera.
Tiempo habrá para glosar su memoria pero no puedo dejar de
mencionar su prolongada batalla en Madrid por conseguir la
mejor de las opciones para nuestro acceso a la autonomía.
Una batalla no siempre reconocida pero a la que debemos gran
parte de los éxitos conseguidos en los últimos años. Fue un
trabajador incansable allá donde estuviera. Un gran forjador
de equipos y lealtades. Sus ganas de vivir, contagiosas
siempre, impulsaban y levantaban su cuerpo aún en los peores
momentos y con ellas nos hacía pensar que todo era posible.
Hombre de principios, quizás aquel que más a gala ejercía en
todo momento era la lealtad para con los suyos. Si Paco te
consideraba su amigo significaba que podías contar con él
para siempre y en todo tiempo o lugar.
¡Cuánto le echare de menos!. Allá donde esté tengo la
seguridad de que le estarán recibiendo con los brazos
abiertos. Con fiesta. Como se recibe a los grandes.
Adiós amigo. Ya nos faltas.
“Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y
homicida, un empujón brutal te ha derribado.”
* Diputado Nacional del PP
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