Son días de aparente calma, eso es
lo que parece, al menos, pero muy especialmente en aquellos
ayuntamientos que pueden cambiar de alcalde y de concejales,
se trabaja a destajo para que “todo quede en orden”, o al
menos en ese orden que pueda pasar, sin más disgustos, las
revisiones de lo que hay y de lo que debe haber.
Ceuta, de momento, aunque por los pelos, seguirá en las
mismas manos que estaba, aquí, al menos por ahora, no habrá
ningún tipo de sobresalto, con lo que ni en el caso de que
se trasnochara cualquier carpeta, sucedería nada especial,
porque se volvería a encontrar, en su justo sitio. Aquí, por
consiguiente, más de lo mismo.
Lo malo va a estar en tantos y tantos ayuntamientos que
cambian de siglas, ahí sí que se puede “armar parda” y lo
malo es que todos los dardos van a ir en las mismas
direcciones, desde ... donde sea, hasta el PP, como si en
otras partes no se hubiera camuflado nada. Con respecto al
PP la cosa no es extraña, porque ha sido este partido el que
más poder y más control ha tenido en los últimos años y
como, además de tener más poder, ha sido el que “más
trincones” ha dejado al descubierto, pues ahora, a ver como
se las apañan unos y como se escapan los otros que
intentaron, si es que no hicieron, hacer mangas y capirotes.
Al final, y eso no me extraña, se llegará a soluciones, a
acuerdos y a poner las cosas en orden, pero ya es lamentable
que desde un partido con tanto poder haya aflorado tanto
desalmado, que había considerado que la institución que
dominaba era algo así como su propio huerto o como el jardín
de su padre.
Veo en la prensa local que, curiosamente, Ciudadanos ha
arrebatado al PP una treintena de mayorías absolutas, en
ayuntamientos pequeños, pero ahí están, y lo que más me
agrada es que la mayor parte de esas mayorías absolutas se
las han arrebatado en Castilla-León. Eso está bien, porque
en esos pequeños pueblos de 3.000, 2.000 o 1500 habitantes
los “muchachos” del PP parecían los reyes del mambo, que
presumían en las fiestas del pueblo, llevándose “de
procesión” al cacique de turno, de la Diputación Provincial
correspondiente o de la Junta de Castilla-León, para hacerse
un poco más de publicidad para las próximas elecciones.
Con esa visita cumplían los dos, el”señor alcalde” del
pueblo, que aparentaba “tener mano” en los altos organismos
de la provincia o de la región y el cacique correspondiente
que no tenía inconveniente en saludar a la señora María, al
tío Alberto y a cuatro más, mientras les prometía que “la
fuente del pueblo” al año siguiente iba a estar iluminada,
por ejemplo.
Ahora, aunque la fuente se haya iluminado, como a tantos de
ellos les han cogido “con la mano en el talego”, el alcalde
será otro, las visitas en la fiesta del pueblo serán de otro
grupo, pero eso sí, y que nadie se engañe, con la UCD
Castilla-León se fue despoblando, con el PSOE siguió la
misma tónica y con el PP se ha quedado en la mínima
expresión. Ahora irán los otros, los que sean, a buscar
votos, pero no a crear puestos de trabajo allí. Como todos.
En definitiva, entramos en lo que ya he dicho varias veces,
ha habido demasiados cambios, eso parece al menos, para que
todo siga igual y lo malo es que ahora lleguen otros con los
“bolsillos vacíos” y copien los métodos de los que se
marchan con ellos llenos. Veremos lo que hay las próximas
semanas.
|