En la tarde de ayer se produjo una escena en la barriada
Martínez Calvente que cualquier persona con un mínimo de
sensibilidad hubiera podido soportar, y es que la Policía
Nacional tuvo que ejecutar un desahucio por impago de una
familia, dejando a un matrimonio con sus dos hijos menores,
uno de dos años y otro de cinco meses, en la calle.
Los propietarios de la vivienda, presentes en la zona
mientras los agentes del CNP ejecutaban el desahucio
comentaban a este diario que están cansados de los continuos
incumplimientos del patriarca de la familia desahuciada,
quien en reiteradas ocasiones ha faltado al pago del
alquiler, contrayendo una importante deuda con el
arrendatario.
En este sentido, tal y como pudo saber EL PUEBLO, durante
estos días atrás la policía ya se había personado en el
domicilio en cuestión, pero al no encontrar a la familia en
el mismo, no pudieron ejecutar el mismo. Finalmente, ayer
por la tarde, alrededor de las 20.00 horas, tras personarse
en la vivienda procedieron a sacar los objetos personales
del matrimonio, ropa y demás pertenencias, hasta la calle.
Fueron varios vecinos del matrimonio los que alertaron de la
dramática situación que estaba viviendo esta familia que se
vio ayer en la calle con dos pequeños, obligados a dormir a
la intemperie.
Varios de los presentes intentaron convencer a los
propietarios de la vivienda a otorgar un margen de una
semana al matrimonio con el fin de no dejar a esos niños en
la calle y mientras el dueño se mostraba algo más receptivo
a conceder ese plazo, era su mujer y su hija las que se
negaron en rotundo, manifestando que habían sido insultadas
por el patriarca de la familia desahuciada y que no iban a
consentir más insultos ni agresiones verbales, manteniéndose
firmes en la decisión de que se ejecutara la expulsión del
matrimonio de la vivienda, y no mostrando la más mínima
preocupación de lo que pudiera pasarle a los pequeños.
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