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sociedad - VIERNES, 29 DE MAYO DE 2015


un momento de las jornadas. reduan.

jornadas
 

El profesional sanitario, más cerca de la mujer mutilada

La segunda jornada del XXVI Congreso de Técnicos de Enfermería abordó la problemática de la mutilación genital femenina y cómo tratar a estas pacientes
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

En la actualidad, 125 millones de niñas y mujeres en el mundo sufren las consecuencias de la mutilación genital femenina y, cada año, tres millones de niñas se ven sometidas a esta práctica, con lo que se calcula que 6.000 niñas son mutiladas genitalmente al día. En España, según el mapa de la mutilación genital femenina, realizado por la Fundación Wassu-UBA en 2012, viven 57.251 mujeres procedentes de países en los que se practica esta mutilación y, actualmente, en nuestro país viven 17.000 menores de 15 años, originarias de países de África donde se realiza esta práctica, en riesgo de sufrir la mutilación genital. Estas cifras fueron ayer puestas sobre la mesa por Victoria Burgueño Zamora, del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, durante la presentación de su ponencia Atención a la niña/mujer inmigrante con mutilación genital en la segunda jornada del XXVI Congreso Nacional de Técnicos de Enfermería y Técnicos de Farmacia, organizado por FAE y SAE, que se está celebrando en Ceuta.

“La principal dificultad para erradicar esta práctica se encuentra en el fuerte sentimiento de respeto a las tradiciones y de pertenencia a la comunidad que muchas de estas mujeres poseen, lo que origina que sus hijas puedan encontrarse en grave riesgo de padecer una mutilación”, señaló ayer Burgueño. En este sentido, como medida preventiva, el pasado 14 de enero se aprobó en España el Protocolo Nacional de Intervención Sanitaria frente a la Mutilación Genital, por el cual los padres deben firmar voluntariamente un documento preventivo en el que se comprometen a evitar la mutilación de su hija cuando viaje al país de origen. Por su parte, apuntó Burgueño, el profesional sanitario debe realizar una aproximación hacia la mujer mutilada y concienciarla sobre la problemática que conlleva su práctica. “En este sentido, es fundamental que el profesional sea consciente de la realización de estos rituales, su contexto histórico-social y las causas que lo producen y así crear un clima de entendimiento para que los familiares y la víctima comprendan sus consecuencias. Para ello, la aproximación y empatización es la estrategia más adecuada”, concluyó.

Enfermedades raras

En la jornada de ayer también tuvieron especial protagonismo las enfermedades raras y se hizo un repaso por algunas de ellas. No en balde, tres millones de españoles sufren alguna enfermedad rara y así se apuntó. En Europa se considera que una enfermedad o desorden es raro cuando afecta a una de cada 2.000 personas y así lo expusieron ayer Virginia Lobo Bartol y Lourdes López Amorín, TCE´s del H.U. Ramón y Cajal de Madrid, durante su intervención Todos somos raros, todos somos únicos. Unas cifras que ha completado María Dolores Corchado, TCE del Complejo Asistencial Universitario de León, en la exposición de su trabajo Vivir con una enfermedad rara. Síndrome de Williams. “Un 65% de de las enfermedades raras son graves o invalidantes y aparecen en los primeros años de vida. En la mitad de los casos el pronóstico vital está en juego: a estas patologías se les puede atribuir el 35% de las muertes antes de un año, el 10% entre 1 y 5 años y el 12% entre 5 y 15 años”, señaló Corchado.

Esta realidad no debería pasarnos desapercibida; sin embargo, existe un déficit de conocimientos médicos y científicos que hace que estas enfermedades no tengan la atención que merecen, alertó. Y es que, el 76% de los pacientes con enfermedades raras se ha sentido discriminado alguna vez por su enfermedad, según la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER).

No hay cura para la mayoría de estas enfermedades, pero un tratamiento y cuidado médico adecuados pueden mejorar la calidad de vida de los afectados y ampliar su esperanza de vida, según se apuntó ayer. “Las personas afectadas se enfrentan a dificultades similares en la búsqueda de un diagnóstico y de información adecuada: acceso a la atención médica de calidad, apoyo general médico y social, enlace efectivo entre los hospitales y los centros médicos de cabecera, así como con la integración social y profesional y la independencia”, explicaron Virginia Lobo y Lourdes López.

Falta de conocimiento

Dolores Corchado Durán también denunció en su ponencia cómo “las dificultades en el diagnóstico suponen un largo peregrinaje por diferentes centros médicos debido a la incomprensión de los síntomas”. El desconocimiento de muchas de estas enfermedades, señaló, supone una mayor dificultad para el acceso y la continuidad asistencial. El impacto psicológico, la ausencia de cura, el desconocimiento generalizado acerca del diagnóstico o los posibles tratamientos producen un duro golpe y así lo destacó. Además, el aislamiento al que se enfrentan los pacientes y familiares “genera malestar emocional que se manifiesta con miedo, tristeza, depresión, dificultad para hacer planes de futuro, o aislamiento social, derivando en agotamiento físico y emocional”.

Por lo tanto, “los profesionales técnicos debemos concienciarnos de que este tipo de enfermedades necesitan ser abordadas de manera diferente”, advirtió para añadir: “Debemos luchar desde todas las asociaciones y todos los sistemas sanitarios para que se cree desde el Sistema de Salud una política especial que las contemple, pues la sociedad debe tomar conciencia de que las enfermedades raras pueden afectar a cualquier familia en cualquier momento”.
 


El síndrome de Tourette y su desconocimiento

Diana Vasermanas Brower, psicóloga y directora de Psicotourette en Madrid, centró su exposición sobre el Abordaje bio-psicosocial del Síndrome de Tourette en denunciar el desconocimiento que existe sobre este síndrome, lo que “genera errores, dificultades y demoras para obtener diagnósticos y tratamientos adecuados para las personas afectadas”.
 


La globalización y los riesgos que conlleva

Las repercusiones de la globalización añaden riesgos que antes no eran considerados debido a la manera en la que se establecían las relaciones internacionales, las relaciones entre los países y entre las diferentes poblaciones humanas del planeta. Ahora, la salud pública debe abordar, sin duda, estos retos del mundo moderno, adecuando sus objetivos y los métodos de trabajo.
 


El síndrome de Ulises tras dejar el país

Montserrat Cirés Freixes, TCE del C.H.U. de Santiago en La Coruña, recogió en su intervención Después de la globalización. El síndrome de Ulises, las consecuencias que tiene el estrés crónico y múltiple que viven los inmigrantes al abandonar su país de origen y cambiar de cultura, idioma e, incluso, de valores sociales. Algo a tener en cuenta en su tratamiento.
 

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