Es lo principal que han dejado los
resultados de las elecciones del pasado domingo, aquí en
Ceuta.
El primero, naturalmente, lo ha marcado la candidatura de
Fátima Hamed, una candidatura muy joven y creo que bien
formada, que muestra a los habitantes de Ceuta como el voto
y los resultados, en muy poco tiempo, puede tomar una
dirección que hasta ahora nadie pensaba que podría hacer.
Y esa dirección que ha marcado la candidatura de Fátima
Hamed podría llevar algo parecido, en paralelo, lo que es el
partido de Mohamed Alí, si concurriera a las elecciones en
solitario y sin la molesta compañía de Aróstegui, en la
candidatura.
Así, mal contados, podrían saltar a los siete representantes
y con un poco de unión “se los pondrían de corbata” a
cualquiera de las otras candidaturas que salieran a escena.
A partir de ahora, cuidadito con el optimismo desmesurado de
algunos, que puede haber respuesta, aunque sea de otro
signo, para lo que, hasta ahora, fue el tirón electoral de
Juan Vivas.
El segundo de los mensajes ha llegado en la candidatura del
“ahora sí”, alcalde en funciones, Juan Vivas, que ya no
podrá maniobrar como él quiera, en cuanto alguno de sus
colegas se encuentre en desacuerdo con él.
Y es cierto que en la candidatura del PP no habrá, en
principio, nadie que piense en una deserción, a cambio de
dinero, hecho que todos sabemos que ocurrió hace ya unos
cuantos años, pero lo que no va a haber nadie que dé su
brazo a torcer, o que tolere que se pueda romper su
dignidad, si en un momento dado tiene una opinión en contra.
Y todos sabemos a qué me refiero.
El “adiós” a esa mayoría aplastante, lo quieran o no, en el
PP, va a traer unos aires de diversidad al Gobierno de la
Ciudad, donde la voz primera y la última ya no será,
necesariamente, la del presidente, con lo que su talante,
sus formas de actuar y su acercamiento o alejamiento a sus
colegas de candidatura tendrá un aire muy distinto y
distante al de meses atrás.
Y no me va a valer eso de que ahí estará Caballas como fiel
vasallo, para apoyar lo que haga falta al presidente, a
cambio de ..., lo que haga falta. Eso, tal y como va a
quedar conformada la Asamblea, tendría muchos más problemas
hoy, con lo que, en definitiva, las elecciones han traído
algunas ráfagas de aires nuevos, de viento fresco y lo único
que ha faltado ha sido que el grupo de Tarek Mizziam o Vox
hubieran sido más arropados, por muchos de los que, a la
hora de la verdad, les han dado la espalda.
Una vez aquí, tras estas elecciones, es una pena que haya
habido seis grupos que no hayan logrado entrar a la Asamblea
de Ceuta, aunque es cierto que ya es un avance que haya
cuatro grupos, además del representante de Ciudadanos, con
voz y voto, para repartirse los tiempos en los plenos y para
que el espectro de opiniones y de criterios sea más amplio
de lo que era hasta hace una semana, con sólo tres grupos
pero dos de ellos intentando hacer lo mismo, PP y Caballas,
a pesar de sus terminologías aparentemente dispares,
engañosas por la máscara que ha venido envolviendo el pseudo
discurso de Caballas, un discurso que de lejos se asemejaba
a sus hechos y si quiere el señor Aróstegui que empiece a
desmentírnoslo, porque para que se vaya enterando esta misma
opinión existe en una gran parte de los miembros del partido
de Mohamed Alí que está coaligado con el de Aróstegui,
conformando Caballas.
Sea como sea, ahí están los dos mensajes para quien los sepa
descifrar.
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