La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta, con el
corazón dividido entre la alegría de haber podido
reencontrarse con la Blanca Paloma y la tristeza de un
“hasta el año que viene”, llegará esta tarde a la ciudad,
alrededor de las 19.00 horas, después de la peregrinación
realizada este año.
Este Rocío, además de por el excesivo calor vivido, ha
estado marcado por grandes momentos de emotividad y
solemnidad desde que se iniciara el camino hasta la aldea
almonteña.
Desde que la hermandad ceutí iniciara su peregrinar, los
rocieros caballas han vivido grandes momentos durante este
nuevo encuentro con la Reina de las Marismas.
La fe y la devoción que anualmente lleva a miles de personas
hasta El Rocío para participar en la romería, así como la
diversión entendida como convivencia y fraternidad, cobraron
el domingo de Pentecostés una fuerza esencial, al ser el día
grande de la romería y antesala de la esperada procesión.
Tras la celebración de la misa Pontifical, los romeros
ceutíes que se han dado cita en la aldea se dispusieron a
disfrutar de un día en el que se conjugaron la emoción de la
cercanía de la procesión con la nostalgia de un final cada
vez más cerca.
A lo largo del pasado domingo, en la casa ceutí, realizaron
los preparativos para el camino de vuelta, ya que son
numerosas las personas que a lo largo del día de hoy
abandonarán El Rocío, si bien no cesaba la diversión y el
deseo de que llegara la noche.
Antes de la salida de la Virgen del Rocío, la Plaza de
Doñana de la aldea de El Rocío acogió a las doce en punto de
la noche el inicio del Santo Rosario de la romería almonteña
en el que participaron las 112 filiales rocieras y que fue
presidido por el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte.
La celebración de este acto religioso, el Rosario, volvió a
dotar a la aldea almonteña de una especial luminosidad y
color, desde aproximadamente las 22.30 horas, momento en el
que las hermandades, con sus simpecados e insignias,
comenzaron a desplazarse desde sus casas de hermandad hasta
la Plaza de Doñana entre bengalas de colores.
Una vez reunidas todas las corporaciones comenzó el rezo del
Rosario que, desde hace años, y recuperando una vieja
tradición, se hace en procesión por las calles de la aldea.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando los simpecados
de todas las hermandades filiales fueron pasando ante la
puerta de la ermita desde donde volvieron a sus casas
oficiales para prepararse para la visita de la Virgen del
Rocío, ya durante la procesión.
Tal y como destacó a este diario Juan Carlos Aznar, hemano
de la hermandad de Nuestra Señora del Rocio de Ceuta, los
almonteños saltaron la reja a las 3.03 horas
aproximadamente, después de más de dos horas de espera en el
interior de la ermita esperando la llegada del Simpecado de
la hermandad matriz de Almonte del rezo del Rosario, dando
con ello comienzo la procesión de la Virgen del Rocío,
vestida para la ocasión con sus ropas de ‘Reina’.
En este sentido y tal y como comentaba Aznar, el Simpecado
caballa así como todos los rocieros ceutíes fueron visitados
por la Blanca Paloma alrededor de las 4.30 horas,
permaneciendo con ellos alrededor de diez minutos, en los
que estuvieron cantándole la Salve, rezándole y gritándole
“¡Viva, la Blanca Paloma!” hasta hacer enronquecer las
gargantas.
“Ceuta a una sola voz entonó la Salve más emotiva que se
había escuchado en años”, resaltaba Aznar, quien manifestaba
que “la visita ha sido muy emotiva porque la Virgen no
quería marcharse y escuchó todas las súplicas que los
rocieros caballas traían desde Ceuta. Además podemos decir
que Ceuta estuvo más cerca que nunca de la Virgen del
Rocío”, concluyó.
El riesgo de lluvia a primeras horas de la mañana obligó a
la hermandad matriz a preparar plásticos para proteger las
andas y a aligerar, si cabe más la procesión.
Finalmente, ayer también a las 19.00 horas, oficiaron una
misa de despedida en la Ermita y ante la Virgen del Rocío.
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