Unión, Progreso y Democracia (UPyD) ha sido el gran perdedor
de las elecciones municipales después de ver reducidos sus
apoyos en todo el país y no haber logrado ni un diputado en
las asambleas autonómicas. Una tendencia que se ha mantenido
en Ceuta, donde el partido ha bajado de 815 votos en 2011 a
324 en estas elecciones. Para el candidato de la lista en
Ceuta, Julián Domínguez, este era uno de los dos escenarios
previsibles y por eso ayer no se mostraba sorprendido,
aunque sí lamentaba no haber trasladado a los ciudadanos su
proyecto localista para Ceuta y despegado de “la marca UPyD”.
Y es que, la segunda posibilidad que contemplaban los de la
formación magenta era haberse diferenciado de la marca de
UPyD planteando cuestiones localistas. Un trabajo iniciado
hace tres años, pero que no ha cosechado sus frutos.
La crisis que UPyD arrastra a nivel nacional ha resultado un
lastre para las delegaciones territoriales y, a pesar del
movimiento crítico que Domínguez también ha secundado, no se
ha evitado que los problemas perjudicaran el apoyo que hasta
ahora la formación ha tenido en autonomías y municipios. De
momento, en Ceuta, los miembros de la directiva se reunirán
el próximo miércoles para ver qué camino toma la formación.
No obstante, Domínguez señala que lo más probable es que no
se tome una decisión definitiva hasta que no se celebre el
congreso extraordinario que UPyD tiene previsto para julio y
que supondrá la salida de Rosa Díez de la presidencia. Algo
que para Domínguez no es suficiente. Para él, es necesario
que UPyD se replantee y regenere porque, insiste, el
proyecto es único y necesario para el país.
Mientras, para Ceuta, no se descarta que la formación
desaparezca, aunque este sería una decisión extrema que
Domínguez espera no tener que tomar. Todo dependerá, apunta,
del camino que tome la formación a nivel nacional a partir
del congreso de julio.
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