Es lo que ha sido, en Ceuta, la
candidatura de Ciudadanos y sus resultados finales, que yo,
posiblemente, por ser un iluso, había creído que iban a ser
y que podían ser mucho mejores.
Pero no está mal darse un coscorrón, tras un tropezón en la
piedra que tienes delante y no aciertas a ver. Y no me cabe
la menor duda de que ese tropezón, ese coscorrón y la poca
representación que Ciudadanos va a tener en la Ciudad
Autónoma hará espabilar a alguien, para cuando lleguen las
generales saber, de verdad, el terreno que se pisa y saber
ver lo que son unas elecciones.
No me cabe la menor duda de que en Ciudadanos, en Ceuta, se
ha intentado trabajar, pero una cosa es el intento y otra el
hacer que ese trabajo sea rentable y rentable, a la vista
está, no lo ha sido.
Un único representante de una marca como la que representaba
Ciudadanos, desde hace meses, me parece muy poco bagaje,
porque éste era el partido que atraía a todos, incluso a los
que no lo conocían y la falta de tino, la falta de saber ver
lo que son unas elecciones nos han dejado, a quienes
confiábamos en ellos, a medio camino entre la simple sonrisa
y el dolor de estómago.
Ciudadanos tenía el campo más abonado que cualquiera de los
demás grupos que llevaban algún tiempo en la brecha, o que
de esos otros nuevos, pero a Ciudadanos no le han arropado
desde fuera y desde dentro una cosa es creer que se conoce
el terreno que estás pisando y otra es conocerlo de verdad.
Desde hace varios meses, cada vez que yo hablaba con algunos
de los que han trabajado, de veras, en Ciudadanos, les había
dicho que esta formación política tenía que salir para
ganar, no “para ayudar a Ceuta”, como oí decir a alguien que
conformaba esa candidatura. Ayudar se ayuda, desde dentro,
con cuatro, con cinco o con los representantes que logres,
cuantos más mejor, no haciéndole guiños a los que te han
dejado en el camino, con 1 sólo y gracias.
Particularmente y desde hace tiempo, no oculté mi simpatía
por esta formación política, y creo que ha sido el peor de
los resultados que se podía lograr, y eso ya lo dije, en
esta misma columna, en más de una ocasión.
Ahora, no puede ser de otra forma, habrán de hacer un repaso
a lo que se hizo bien, poco, a lo que se hizo regular, algo,
y a lo que nunca se debió hacer, más de una cosa.
Yo había dicho que ir con Ciudadanos ahora a unas elecciones
era como salir con el último modelo de Ferrari, que no
podías dejar abandonado, ni mostrárselo a los amigos con las
ruedas pinchadas. Esto que cada uno lo coja, por donde
pueda, pero tan sólo un 6,5% me parecen demasiado pocos los
apoyos, en un día en el que muchos se quedaron en casa y
Ciudadanos, en Ceuta, no le supo mostrar todo lo que esta
formación puede dar de sí.
La fecha del 24 de mayo de 2015 puede haber marcado muchas
cosas en la política de España, ya lo creo que los ha
marcado, pero a mí lo que más me marcó ha sido el no ver un
resultado, a tono con lo que parecía que se podía merecer
esta marca, que aquí, precisamente, ha quedado a medio
camino, entre la nada y la casi nada.
Es lo que ha habido, y cuando ves que, en media España, ha
dejado los resultados que dejó fastidia mucho que aquí haya
sido todo lo contrario. Otra vez será.
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