De nuevo nos enfrentamos al ritual democrático de ir al
colegio electoral, elegir una papeleta, meterla en el sobre
y dirigirnos finalmente a la mesa correspondiente para
depositar con cierta solemnidad en la urna.
No sé a ustedes, pero a mí me gusta la libertad de poder
decidir el futuro de mi ciudad, creo que en democracia la
forma es importante para que el fondo sea lo que debe ser,
así que, en mi modestia, trato de poner el granito de arena
de mi voto con todo el empaque y el boato, que tampoco
votamos tanto como para tener que hacerlo en plan rutinario
y funcionarial.
Lo jodido, con perdón, viene antes, cuando tienes que
decidir a quién votas. Yo nunca lo he visto tan difícil, la
verdad, pero no porque haya tantas nuevas opciones sino
porque al final uno busca y rebusca y no encuentra nada a lo
que votar a gusto, convencido, con un punto no ya de euforia
sino de satisfacción.
En estas elecciones a la Ciudad Autónoma de Ceuta, son
tantas las dudas a la hora de ejercer con libertad y
autentico convencimiento el voto, al partido que debe tener
mi confianza para los próximos cuatro años. Ya que los
engaños, las falsas promesas y las actuaciones en defensa
del los amigos de los políticos, me hacen tener tantas dudas
a la hora de ejercer mi derecho al voto, entiendo en este
tiempo a tanto indeciso, yo que hasta hace muy poco tenia mi
voto secuestrado, pero con la total convicción de que lo que
votaba era lo mejor para mi ciudad. Esa convicción ha
desaparecido, mis opciones se diluyen entre mi sentimiento
de fidelidad a un partido, y mi decepción hacia los
políticos que están representando a ese mismo partido.
Ahora, como digo, todo es más complicado, el partido que más
o menos te gusta presenta unos candidatos deplorables, los
candidatos que siempre te han parecido solventes vienen por
un partido al que estás deseando patear el culo, esos que no
sacarán ni un triste concejal parecen gente seria, el
partido al que no votarías jamás tiene candidatos que no
están tan mal, al final y afortunadamente, algunos a los que
no votarías ni bajo coacción han tenido el detalle de
escoger a sus cabezas de lista de entre lo más deplorable de
la política y aledaños, para no provocar ningún género de
duda.
Tenemos que acostumbrarnos a votar lo que cada ciudadano
quiera, sean libres, no tengan miedo de votar. Es verdad que
podemos pasar por varios años de incertidumbre política por
los pactos, pero no tengan miedo de votar en libertad, es
necesario que cada ciudadano vote en conciencia, sin que la
sobra del miedo cubra su voto, cada persona debe votar según
piense que es lo mejor para nuestra ciudad, políticos nuevos
y con nuevas ideas, o políticos anclados en el
conservadurismo y políticas de años anteriores, cada votante
debe eligir en libertad y solo su consciencia sera quien al
fina le reproche el voto.
Por suerte en nuestra ciudad tenemos varias opciones para
elegir a quien darle nuestra confianza el próximo domingo en
las urnas. Mañana sábado sera el día de reflexión antes de
ejercer nuestro derecho al voto, llegara el momento de
depositar el voto en la urna, en estos tiempos una de las
mayores responsabilidades que cada ciudadano ha tenido en
los últimos años. Estas elecciones por la influencia de los
medios de comunicación y la presión de los partidos hacia
los ciudadanos, se ha convertido en unas elecciones tan
importantes como las del 1978, pues después del domingo el
mapa político tendrá grandes cambios, no solo de Ceuta sino
de toda España, puede pasar que cambie la política de
nuestro país para el futuro, algo que le tendremos que dejar
a nuestros hijos. Por tal motivo en Ceuta tenemos que
decidir que es lo que queremos para nuestra ciudad,
tendremos que decidir el futuro que vamos ha dejar a las
nuevas generaciones.
En resumen, que al final uno se esfuerza mucho pero no logra
pasar de votar lo menos malo, lo que piensa que puede ser
menos dañino o lo que evite el triunfo del mal casi
absoluto. El domingo votaremos, sí, y a partir del lunes a
rezar para que la decepción sea, por lo menos, soportable.
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