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OPINIÓN - VIERNES, 22 DE MAYO DE 2015

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

Votar en libertad

Por Carlos Folch Valero


De nuevo nos enfrentamos al ritual democrático de ir al colegio electoral, elegir una papeleta, meterla en el sobre y dirigirnos finalmente a la mesa correspondiente para depositar con cierta solemnidad en la urna.

No sé a ustedes, pero a mí me gusta la libertad de poder decidir el futuro de mi ciudad, creo que en democracia la forma es importante para que el fondo sea lo que debe ser, así que, en mi modestia, trato de poner el granito de arena de mi voto con todo el empaque y el boato, que tampoco votamos tanto como para tener que hacerlo en plan rutinario y funcionarial.

Lo jodido, con perdón, viene antes, cuando tienes que decidir a quién votas. Yo nunca lo he visto tan difícil, la verdad, pero no porque haya tantas nuevas opciones sino porque al final uno busca y rebusca y no encuentra nada a lo que votar a gusto, convencido, con un punto no ya de euforia sino de satisfacción.

En estas elecciones a la Ciudad Autónoma de Ceuta, son tantas las dudas a la hora de ejercer con libertad y autentico convencimiento el voto, al partido que debe tener mi confianza para los próximos cuatro años. Ya que los engaños, las falsas promesas y las actuaciones en defensa del los amigos de los políticos, me hacen tener tantas dudas a la hora de ejercer mi derecho al voto, entiendo en este tiempo a tanto indeciso, yo que hasta hace muy poco tenia mi voto secuestrado, pero con la total convicción de que lo que votaba era lo mejor para mi ciudad. Esa convicción ha desaparecido, mis opciones se diluyen entre mi sentimiento de fidelidad a un partido, y mi decepción hacia los políticos que están representando a ese mismo partido.

Ahora, como digo, todo es más complicado, el partido que más o menos te gusta presenta unos candidatos deplorables, los candidatos que siempre te han parecido solventes vienen por un partido al que estás deseando patear el culo, esos que no sacarán ni un triste concejal parecen gente seria, el partido al que no votarías jamás tiene candidatos que no están tan mal, al final y afortunadamente, algunos a los que no votarías ni bajo coacción han tenido el detalle de escoger a sus cabezas de lista de entre lo más deplorable de la política y aledaños, para no provocar ningún género de duda.

Tenemos que acostumbrarnos a votar lo que cada ciudadano quiera, sean libres, no tengan miedo de votar. Es verdad que podemos pasar por varios años de incertidumbre política por los pactos, pero no tengan miedo de votar en libertad, es necesario que cada ciudadano vote en conciencia, sin que la sobra del miedo cubra su voto, cada persona debe votar según piense que es lo mejor para nuestra ciudad, políticos nuevos y con nuevas ideas, o políticos anclados en el conservadurismo y políticas de años anteriores, cada votante debe eligir en libertad y solo su consciencia sera quien al fina le reproche el voto.

Por suerte en nuestra ciudad tenemos varias opciones para elegir a quien darle nuestra confianza el próximo domingo en las urnas. Mañana sábado sera el día de reflexión antes de ejercer nuestro derecho al voto, llegara el momento de depositar el voto en la urna, en estos tiempos una de las mayores responsabilidades que cada ciudadano ha tenido en los últimos años. Estas elecciones por la influencia de los medios de comunicación y la presión de los partidos hacia los ciudadanos, se ha convertido en unas elecciones tan importantes como las del 1978, pues después del domingo el mapa político tendrá grandes cambios, no solo de Ceuta sino de toda España, puede pasar que cambie la política de nuestro país para el futuro, algo que le tendremos que dejar a nuestros hijos. Por tal motivo en Ceuta tenemos que decidir que es lo que queremos para nuestra ciudad, tendremos que decidir el futuro que vamos ha dejar a las nuevas generaciones.

En resumen, que al final uno se esfuerza mucho pero no logra pasar de votar lo menos malo, lo que piensa que puede ser menos dañino o lo que evite el triunfo del mal casi absoluto. El domingo votaremos, sí, y a partir del lunes a rezar para que la decepción sea, por lo menos, soportable.
 

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