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Es duro, muy duro haber entregado
una importante cantidad de dinero para la compra de una casa
y encontrarse en un callejón sin salida. Sin vivienda y sin
la posibilidad de recuperar lo aportado. La ilusión se echa
por tierra y el derecho a tener una vivienda digna se hace
trizas. Este es el calvario que vienen padeciendo los
compradores de las viviendas de Huerta Téllez, que llevan
años esperando la entrega de las casas. Tantos como los que
cuentan desde que la promotora Dolmen quebró
Hartos ya de la situación, los compradores, hace un año,
decidieron pasar a la acción y se manifestaron a las puertas
de la Asamblea cuando la ministra, Ana Pastor, visitó la
ciudad. Desesperados, ya no podían esperar más y querían una
solución de inmediato. Desde entonces hasta el día de hoy,
las reuniones se han ido sucediendo, después de que la
Ciudad se comprometiera con los afectados a intermediar
entre la promotora que se hizo cargo y el Sareb.
Todo ello, y después de esperar un poco más de tiempo,
parece que comienza a dar sus frutos y para el lunes hay
programada una reunión que tiene como objetivo buscar las
soluciones definitivas para zanjar el asunto y empezar a
ocupar las viviendas. En encuentro es a tres bandas, ya que
al mismo acudirán representantes de la promotora, la
consejera de Fomento, Susana Román, y una representación de
los afectados, aunque estos últimos no quieren hacerse
ilusiones, y es lógico, son muchos los desengaños que se han
llevado hasta el momento.
Pese a ello, parece que los compradores de estas viviendas
empiezan a ver la luz al final del túnel, y es de esperar,
como se dice, que en el plazo de un mes se lleven a cabo las
actuaciones necesarias para que por fin puedan acceder a sus
viviendas.
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OPINIÓN / EDITORIAL
