Desde hace muchos meses, cuando
todavía quedaban muy lejos las elecciones, tuve la impresión
de que la “marca” Ciudadanos estaba llamada a ser una de las
marcas políticas que más iba a atraer ahora.
Y a día de hoy parece que eso que yo preveía y además
celebraba puede seguir siendo válido, y si no, a las pruebas
nos podemos remitir hoy mismo, por lo que van diciendo las
encuestas, a pesar de que yo no crea demasiado, en tales
encuestas.
Sea como sea, el domingo, ahí a la vuelta de la esquina, ya
lo veremos, cuando a eso de las diez de la noche ya estén
parte de los resultados sabidos.
Y creo que Ciudadanos va a ser la llave, en muchas
comunidades autonómicas y en muchos ayuntamientos, para
poder empezar a funcionar.
Eso creo y eso deseo, aunque últimamente haya demasiadas
críticas en contra, posiblemente, promovidas por esos otros
grandes partidos que ven como la tarta se va repartiendo más
de lo que ellos quisieran y por eso, desde las izquierdas se
dice que Ciudadanos pertenece a la gran derecha, no a la
derechona de siempre, pero casi. Desde la derecha tratan de
situarlos en la izquierda, casi dándose la mano con ese otro
grupo de aventureros, que buscan el camino hacia “no sé
donde”.
Éstas son las perspectivas partidistas que buscan
recortarles apoyos, porque, todavía, no he visto una crítica
seria que diga que Ciudadanos, en la vorágine alocada de la
Cataluña de hace unos años, con aquel tripartito incluido,
nació allí en Cataluña, creció, también, allí en Cataluña y
se enfrentó a muchos, también, allí en Cataluña, porque era
casi exclusivamente el único de los muchos partidos que
pululaban en aquellas tierras que nacía allí, para no ser
catalanista. Esta es la auténtica realidad, porque eso de
mirar 10º hacia la izquierda o 15º hacia la derecha no lo
puede tener en cuenta nadie.
En lo que sí estoy de acuerdo con algunas de las críticas a
Ciudadanos es en que, hoy mismo, al ser una marca muy
atractiva, está recogiendo, o se están refugiando en él,
muchos advenedizos, que han huido de otras formaciones,
oliendo posibilidades de ascenso y tratando de hacerse un
puesto en la política, sin haber pegado cientos de carteles,
anteriormente, en el PP o en el PSOE.
Y no sé si esto le va a beneficiar, creo que no, a
Ciudadanos, porque tanto tránsfuga no le puede aportar una
buena reputación, ni en Ceuta, ni en Madrid, ni en Zaragoza
o Sevilla, sin hablar de esos lugares de los que ha tenido
que retirar alguna candidatura.
La imagen hay que cuidarla y es que si la casa Ferrari, por
ejemplo, nos expone uno de sus modelos más novedosos con las
ruedas pinchadas sería mucho menos Ferrari, por lo que no es
de recibo que en Ciudadanos, para rellenar o para llenar, no
se haya sido un poco escrupulosos. Ahora parece que sí lo
van a ser. Las cosas hay que saberlas ver, aquí, ahora y en
este partido, con mucho futuro, lo tendrán que saber mucho
mejor.
Vista una perspectiva general, debemos terminar con
Ciudadanos, en Ceuta, y en esta campaña, con las
perspectivas reales que tiene, incluso ahora mismo.
Particularmente lo he dicho y lo voy a repetir, no me creo
que el domingo a las diez de la noche, con los votos ya
escrutados, tengamos que asumir una hipotética realidad de
haber logrado, tan sólo 1 o incluso 2 concejales. Yo eso no
lo creo ahora mismo, porque lograr ese resultado habría sido
un gran fracaso, eso sería haberse dormido en los laureles,
o eso habría sido salir “para ayudar...a Ceuta”. Por lo que
si hay alguien ahí que piensa eso, ese está equivocado
totalmente, está en un partido que no le corresponde, por
cuanto Ciudadanos tiene que haber salido a ganar todo lo más
posible, a lograr un número de representantes, en torno a 5
y si no se llega a esa cifra es que la candidatura y sus
alrededores se plantearon erróneamente, en el momento que
más facilidades había para salir airosos. Ahora sólo nos
falta esperar.
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