Se pueden ganar unas elecciones prometiendo “valores” en
lugar de “obras”?
En periodo electoral el listado de futuras actuaciones
precedidas por el “Yo voy a hacer” parece imprescindible:
para la prensa, para las conversaciones, para repartir, para
comparar… Proyectos de los que empiezan y se extrañan de
encontrar necesidades tan elementales no cubiertas. Y
proyectos de los que más tendrían que explicar por qué no
los han llevado acabo. Nos ofrecen más de lo mismo.
Nuestra sociedad –no se han enterado- lo que exige ahora a
los que gestionan lo público son valores: honestidad,
transparencia, cercanía, efectividad… y, sobretodo, respeto
a la IGUALDAD de los ciudadanos y a su LIBERTAD. Sí (¡a
estas alturas!), también a su libertad que se quiebra cada
vez que tenemos que elegir condicionados por nuestras
necesidades y por los que tienen el poder de remediarlas –o
no-.
CIUDADANOS exige valores para integrar sus listas y los
sigue exigiendo cuando se está, gobernando o frente al que
gobierna. Estos principios forman parte de nuestro programa
político y es condición para seguir entre nosotros: no
queremos a nuestro alrededor gente que pretende mantener las
viejas formas de hacer política. Por eso CIUDADANOS genera
algo más importante que obras públicas y planes de
inversión, genera Esperanza. Esperanza en que las cosas no
sigan igual.
Los del “Y tú más” se quedan sin palabras frente a
ciudadanos que saltan al terreno político así sin más. Sin
padrinos, sin contactos, sin presupuestos para llenar
nuestras calles de caras sobradamente conocidas y
machacarnos los oídos con siglas de los que, más en nuestra
Ciudad, se sabe vidas, milagros y obras. “¿De dónde salen
éstos?”, dicen los que creen tener el poder de autorizar la
participación en lo que es de todos.
En CIUDADANOS los mandatos están limitados a dos. Yo no
podría ser Alcalde/Presidente más de dos periodos. Es algo
muy sano. Con este plazo se trabaja con energía e ilusión y,
además, se sabe que hay que dejar la casa barrida y aireada.
Porque viene otro, sea del mismo o diferente partido. Y se
da la oportunidad a que surjan nuevas caras que renueven la
ilusión y el trabajo.
A partir del segundo mandato (es pura Ciencia Política),
aparecen las llamadas tendencias oligárquicas: fenómenos de
corrupción y clientelismo político. Cuanto más tiempo
permanece una persona en el cargo, más por encima de la ley
empieza a sentir que está. Y el que manda se sentirá miembro
de una élite que hará todo por frenar, dentro y fuera,
cualquier otra alternativa a él mismo.
No sé en qué momento pierde el gobernante el contacto con el
suelo. En Ceuta tan importante es la Política (porque hay
problemas que requieren soluciones a ese nivel y siguen ahí)
como la Gestión, que atiende las necesidades del día a día,
de nuestros vecinos, de nuestras calles y barriadas. ¿No
sienten Uds. que en nuestra Ciudad, en muchas ocasiones,
sobra un Presidente y falta un Alcalde?
Hace unos días, paseando por Pedro Lamata, tres vecinas me
dijeron: “Javier, te votamos si nos arreglas los bancos”.
Los bancos llevan puestos más de quince años y las maderas
se han astillado en algunos puntos de manera que las señoras
tienen miedo de que se les rasguen las blusas al sentarse.
Votos por bancos. No pedían más.
Señor Presidente de la Ciudad de Ceuta, le ofrezco tres
votos: ¡Cambien los bancos de la Calle El Cid! Aunque esté
en funciones. Gracias.
* Candidato de CIUDADANOS a la Presidencia de la Ciudad de
Ceuta
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