“Los grupos terroristas son como los virus: se adaptan
bastante bien al medio y las circunstancias”. La frase
textual es de un informe del Instituto de Español de
Estudios Estratégicos (IEEE), la institución académica del
Ministerio de Defensa con la que colaboran los más
prestigios analistas de Inteligencia Antiterrorista.
El documento no se anda con rodeos: España, como el resto de
países europeos, se enfrenta a una novísima amenaza fruto de
esa evolución continua en busca de pasar desapercibidos de
los yihadistas que quieren llevar la guerra santa al corazón
de Occidente. Se trata de la figura que los analistas
denominan el terrorista “autosuficiente”. O sea, una suerte
de lobo solitario 2.0, un activista que ya no es que opere
sin el apoyo de una célula o la colaboración de otros
terroristas, sino que ni siquiera recibe órdenes de sus
superiores para evitar ser descubierto por las fuerzas de
seguridad.
Es -explican mandos de la lucha antiterrorista- un perfil
que desde hace meses ha comenzado a verse entre los
detenidos en las últimas operaciones contra las redes del
Estado Islámico en España y, particularmente, en Cataluña,
Ceuta y Melilla. “Son activistas que juran fidelidad en
secreto a Abu Bakr al-Baghdadi y que operan con total
independencia y sin ningún contacto con nadie, por lo que su
localización se convierte en un verdadero infierno”, apunta
un mando de la Comisaría General de Información de la
Policía, que insiste en la misma línea que Interior, en el
gran riesgo que para la seguridad nacional son estos
terroristas “autorradicalizados”, “prácticamente
indetectables hasta que ya han actuado y es demasiado
tarde”. “Solo cuando se exponen en labores de captación
damos con ellos”, matiza.
Sin necesidad de instrucciones
Las palabras de este mando policial las corrobora, casi
punto por punto, el informe del IEEE. Su autor, Juan Pablo
Somiedo García, analista en Inteligencia de la Universidad
Autónoma de Madrid y uno de los más reputados expertos
colaboradores de Defensa, es tajante: “La existencia de un
mando central o de una instrucción precisa ya no resultan
imperativas” para los yihadistas que operan en secreto en
Occidente.
Los expertos de Defensa y del Centro Nacional de
Inteligencia (CNI) ya han dado nombre a este nuevo tipo de
yihadismo localizado en España. Le llaman Signal-Condition-Action
(SCA): radicales listos para actuar de motu propio cuando
interpretan que una señal externa debe ser respondida con
una acción, es decir, un atentado.
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