Al igual que los alérgicos saben
muy bien que con la llegada de la primavera aparece el
polen, con la misma previsibilidad, cuando se aproximan las
elecciones los medios de comunicación se llenan de
encuestas, como la realizada por Insobel para este periódico
y que hoy publicamos. Sus resultados arrojan otra mayoría
aplastante del Partido Popular, aunque lo vertiginoso de los
movimientos demoscópicos invitan a la prudencia.
Los políticos suelen decir que sólo son buenas las que salen
de las urnas. Tienen tanta razón que todos nos hemos
acostumbrado a que fallen, a menudo de forma clamorosa. No
obstante, las encuestas electorales, con sus sutilísimos,
casi bizantinos, matices entre intención de voto directo y
voto estimado, promedios y proyecciones, siguen siendo un
argumento constante en la información política. Y ésta que
hoy ofrecemos a nuestros lectores es una encuesta que puede
hacer daño, y mucho, a los aspirantes a desbancar a Vivas de
la presidencia de la Ciudad Autonóma. Y puede hacer daño
porque cuando parecía que las firmes raíces en que se
asentaba el poder del PP en Ceuta se habían cuarteado, otro
sondeo le otorga entre 17 y 18 diputados.
En cualquier caso, no conviene darlo todo por hecho. Con un
alto porcentaje de electores aún indecisos, hay margen
todavía para que se produzcan cambios en una recta final de
campaña con los aceleradores pisados a fondo. Habrá que
esperar para saber si los principales aspirantes son capaces
de atraer los votos del electorado abstencionista y
dubitativo. Y si la candidatura de Vivas se frena por el
aparente aumento de la abstención o la indecisión de
antiguos votantes. Por eso, todas las candidaturas deben
multiplicar sus esfuerzos de aquí al domingo, el día en que
los votantes tendrán la palabra.
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