Aquí parece que Ceuta y Melilla
deben ser el lugar de acogida para todos aquellos que se
acerquen a estas dos ciudades autonómicas, lleguen por el
camino que lleguen y bajo la protección o desprotección de
mafias y de todos aquellos que hacen su modo de vivir a
costa de estos viajes, rumbo “al desconocido Edén”.
Y es cierto que el corazón le dice a uno que todos estos,
desprotegidos de la fortuna, tendrán que encontrar un lugar
al sol, donde poder vivir, pero ¿Se trata sólo de eso, de
vivir?.
Creo que, en este caso, la ONU se equivoca con esa
preocupación que parece que tiene por “las devoluciones
sumarias”. Habrá que preguntar a la mismísima ONU si es que
se ha convertido en una ONG cualquiera, o si es un organismo
mucho más importante que eso, y que, por tanto, protege las
fronteras de los distintos países que deben ser defendidos,
para que no sean senda de entrada, sin más, de todo el que
se acerque a esa senda para cruzarla.
Y sigo con la duda de si, desde ahora, o desde siempre, es
la ONU un organismo serio, o si ya definitivamente es otra
de tantas ONG´S que pululan por ahí, especialmente cuando
veo que “la propia ONU pide a España que revise la
legislación en materia de inmigración y asilo para
garantizar el respeto de incondicional del derecho de no
devolución”.
Habrá que tener una mentalidad muy “pro” lo que quiera hacer
cada uno para poder aceptar y poner en práctica esta
recomendación.
Y llegados a esto, menos mal a que, desde las más altas
esferas de responsabilidad del país no se dejan amedrentar y
saben por donde tienen que y deben ir. Con esto, el propio
ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, dice que
aquellas personas que han sido devueltas en caliente lo
fueron porque no tienen derecho a asilo. Una respuesta
sencilla, sin adornos y sin poesía, y llamando por su
verdadero nombre a la situación que afecta.
Mientras tanto, el CETI está cada vez más lleno, a pesar de
las constantes y nuevas reformas que no dan a basto para las
necesidades que se van creando, con una situación ya
preocupante por los altos niveles de hacinamiento que hay.
La situación, sin que España tenga que ver nada más que a la
hora de acoger a todos aquellos que llegan, es muy
preocupante, pero también es cierto que primero el ministro
del Interior, y por el mismo camino el director general de
la Guardia Civil, no van a transigir con lo que se quiera
imponer desde fuera y será Fernández de Mesa quien ponga el
dedo en la llaga con:” hay que poner coto a las mafias que
trafican con seres humanos”. Es el punto central de toda
esta situación, que él, también, lamenta pero que vuelve a
matizar:” es una desgracia la situación que atraviesan las
gentes esas, y esa situación se agrava cada día más por las
mafias que trafican con estos inmigrantes”.
La situación es algo así como el nunca acabar, porque las
riadas de gentes buscando el paraíso en la tierra, huyendo
de sus propios lugares de origen y “reclamados” por una
situación del bienestar, que no es tanto, no cesa por ningún
camino. Todos quieren algo más y mira por donde, en esta
parte, son Ceuta y Melilla las que tienen que acoger a esos
desprotegidos de los suyos y que están saliendo, a la
ventura, sin más.
No me cabe duda de que el desconocimiento de lo que son
Ceuta y Melilla, así como el desconocimiento de lo que es la
inmigración ilegal están llevando a estas interpretaciones,
desde fuera.
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