Las playas de La Ribera y El Chorrillo lucirán por noveno
año consecutivo el distintivo de calidad Bandera Azul, que
acredita la calidad de las aguas, de los servicios generales
que se prestan en ellas, la seguridad y cuestiones relativas
a la ordenación medioambiental.
La Fundación de Educación Ambiental puso en marcha en 1987
la primera campaña Bandera Azul, una forma de reconocer el
esfuerzo en educación para la sostenibilidad y el desarrollo
sostenible del turismo y del litoral en beneficio de la
población local y turista de toda la Red Internacional
Bandera Azul.
Es un Jurado Internacional el que concede el distintivo.
Este 2015, son 4.159 las Banderas Azules otorgadas (3.467
para playas y 692 para puertos) por ese Jurado, que preside
la Fundación Educación Ambiental y en el que participan las
Agencias de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el
Turismo y entidades como la Asociación Internacional de
Salvamento y Socorrismo; la Agencia Europea para el Medio
Ambiente; la Unión Europea para la Conservación de las
Costas; la Unión para la Conservación de la Naturaleza; un
experto en Educación Ambiental y el Consejo Internacional de
Asociaciones de la Industria Portuaria.
En toda España, se han concedido 678 Banderas Azules a
playas (577) y puertos deportivos (101), con un ligero
descenso respecto a 2014 a la vez que con un nuevo récord en
el caso de las playas, pues hay cuatro más que en 2014. No
varía el mantenimiento ininterrumpido, desde 1987, del
liderazgo de España en el ámbito mundial.
La Bandera Azul reconoce el cumplimiento de unos criterios
de calidad referidos a aspectos ambientales (calidad
sanitaria de las aguas y arenas, valores naturales del
entorno, gestión ambiental), educativos (información a los
usuarios, programas de educación ambiental) y de seguridad y
servicios (vigilancia, medios de salvamento, accesos,
atención a discapacitados, puntos de agua, aseos, gestión de
usos).
Este distintivo se concede anualmente previa solicitud de
participación y solo si se superan con éxito las
evaluaciones de control del cumplimiento de los criterios,
que cada año se endurecen. Para esto, se realizan análisis
oficiales de las aguas de baño por las autoridades
sanitarias y ambientales competentes que corroboran en sus
visitas de inspección los operadores nacionales y la
coordinación internacional Bandera Azul.
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