Las palancas que hacen girar la rueda de la democracia son,
sin duda, los procesos electorales; ejercer el voto con
responsabilidad es empujar esa palanca, hacerlo, sin llegar
a entender el verdadero alcance, la importancia que tiene
ese ejercicio, es lamentable.
Por eso es necesario que cada persona participe, se sienta
afectada y entienda la importancia que tiene la elección de
los ciudadanos que van a dirigir la política, porque esa
política nos va a condicionar directamente a todos.
Ahora tocan elecciones autonómicas, debemos saber qué
consecuencias tendrán los programas electorales, porque
estos son los modelos de ciudad que nos ofrece cada uno de
ellos.
Si no lo tenemos claro, tendríamos que empezar por descartar
aquellos que nos han defraudado por diversas razones: porque
mantienen en sus estructuras a gentes de dudoso proceder y
les da igual, arrogantes o pusilánimes, profesionales de la
política que nunca le dieron un palo al agua, con
desconocimiento total de lo que tocan, por lo que sólo
obtendrán malos resultados.
Mucho cuidado con las políticas económicas que prometen por
encima de las posibilidades. Rechazad las que exprimen a la
clase media, porque son tremendamente injustas, no olvidemos
que ésta es la columna vertebral de nuestra economía, de
nuestra sociedad.
En materia de empleo, hay que rechazar con rotundidad el
modelo que ofrece esta ciudad, que no es otro que empleo de
caridad. Basta decir que, o planes de empleo o colaboración
social, donde muchos de los beneficiarios son extraídos a
través de procesos opacos; además, este tipo de empleo,
produce una tremenda desigualdad salarial, laboral y social.
Encima, dicha política está destruyendo empleo de calidad;
eso sí, capta centenares de votos.
Hay que rechazar también a aquellos partidos que teniendo
una oportunidad de destapar, tapan, se alinean con el poder,
sacan tajada y viven de la apariencia. A esa práctica se le
llama en términos pugilísticos, ¡tongo! También hay que
rechazarlos.
Hay otros que buscan una oportunidad, la que sea, y eso
tampoco es bueno; por eso es tan importante que nos
impliquemos, que sepamos elegir, siempre hay alguien que
está dispuesto a trabajar por el interés general.
Abstenerse no puede ser una posibilidad, debemos saber a qué
partido debemos votar, mirar para arriba y esperar no es una
opción, no resulta muy recomendable.
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