Todos nos sentimos impactados por
la fotografía del escáner que mostraba la silueta de una
persona en el interior de una maleta, concretamente la de un
pequeño de ocho años. Ni que decir tiene que se trata de un
hecho que pone los pelos de punta, pero que si se conoce
ciertamente las circunstancias que han provocado esta
situación, puede llegar incluso a ser comprensible, si uno
es padre. Al parecer este suceso se ha producido después de
que el padre del menor haya intentado por todos los métodos
legales posibles, tras conseguir trabajo en España y lograr
traer hasta el país a su mujer y una hija, lograr la
reunificación de su familia trayendo hasta España a sus
otros dos hijos.
Las continuas negativas y trabas encontradas por la muchas
veces incomprensible normativa vigente ha provocado que este
padre haya incurrido en una situación que puede ser quizá
condenable pero comprensible al mismo tiempo, y es por eso
que las autoridades deberían ser en este caso más humanas y
consecuentes. Bastante difícil es para cualquier padre o
madre tener que separarse de sus hijos. Más difícil tiene
que ser ver como poco a poco vas cumpliendo con los
requisitos que te exigen en un país que no es el tuyo para
poder reunir a tu familia y que por mucho que consigues
siguen negándote esa ansiada reunificación familiar. Y
desesperante tiene que ser ver como uno de los motivos dados
por las autoridades para negarte reunir a tu familia es no
cumplir los requisitos económicos por tener tres hijos y no
ganar casi 2.500 euros, un sueldo que pocos españoles ganan.
Claro está que no se trata de permitir la ilegalidad, pero
lo que se está haciendo con este hombre y su hijo Abou es
una barbaridad.
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