Pilar Aranda e Indalecio Sánchez-Montesinos, dos candidatos,
dos programas de futuro inmediato para la Universidad de
Granada (UGR) que el miércoles día 27 de mayo confrontarán
en las urnas el nombre del rector para los próximos cuatro
años. Decidirá un colectivo de 60.000 personas con voto
ponderado del personal docente (3.542 y el 63 por ciento del
escrutinio), personal de administración y servicios (2.172 y
el 12 por ciento) y 54.530 alumnos que cubren el 25 por
ciento restante.
Hoy martes, el candidato a rector de la UGR Indalecio
Sánchez-Montesinos ofrecerá a las 11 horas una rueda de
prensa en el Salón de Grados de la Facultad de Educación,
Economía y Tecnología de la Universidad de Granada para
explicar las líneas de su programa de Gobierno centradas en
el Campus Universitario de Ceuta.
En una campaña que se desarrolla en paralelo a las de las
elecciones municipales, miden fuerzas Pila Aranda -sería la
primera mujer rector de la UGR-que es catedrática de
Fisiología en la Facultad de Farmacia, e Indalecio
Sánchez-Montesinos, de Anatomía y Embriología Humana en la
de Medicina, de la que actualmente es decano. Dos visiones
programáticas de propuestas bienintencionadas sobre las que,
buceando en las respectivas ‘webs’, se deberá navegar entre
sutilezas a la busca de las verdaderas diferencias, que
-para el observador externo- se encuentran más bien en los
apoyos. Los dos lo niegan, pero en el ambiente flota que una
es la candidata de la izquierda y el otro es el preferido de
la derecha. Dicho sea más en sentido sociológico que
político o de partido: ‘progres’ frente a conservadores.
Aranda sabe que “están queriendo decir” tal esquema y aunque
define su programa y trayectoria como “progresista” añade
que en su candidatura figuran personas “de todos los
ámbitos. No soy nada sectaria”.
Sobre esta premisa, real o ficticiamente establecida,
Sánchez-Montesinos establece la primera diferencia: estaría
en mejor disposición para reivindicar y plantarse ante la
Junta por la considerable deuda que el Gobierno andaluz
mantiene con las universidades andaluzas, precisamente la
más voluminosa la de Granada. Aranda lo desmiente: “No tengo
ninguna atadura en mi defensa de la autonomía universitaria.
Reclamaré a la Junta el pago de toda la deuda en sus
plazos”.
La necesidad de revisar el sistema de financiación figura en
el programa de los dos ‘rectorables’ y en el ámbito
universitario existe la sensación de que en los últimos años
desde la UGR no se fue lo suficientemente reivindicativo con
la Junta en esta materia.
Los dos candidatos dan un valor fundamental a la
investigación y centran en el Parque Tecnológico de Ciencias
de la Salud la referencia biosanitaria en este campo, de
forma que cumpla sus objetivos al tiempo que suponga un
elemento básico de repercusión económica para Granada. Los
dos apuestan por elevar la presencia e importancia del
deporte y las instalaciones deportivas en los campus y de
reforzar presencia y relevancia de la UGR en Ceuta y
Melilla, dependientes de la Universidad de Granada. Y tanto
Pilar Aranda como Indalecio Sánchez-Montesinos se oponen a
la reforma del sistema de titulaciones que supone el
‘decreto 3 más 2’. “La diferencia en la Universidad la deben
marcar las capacidades intelectuales, no las económicas”,
precisa Aranda.
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