Hoy… y desde el Partido Libre Ceutí, vamos a hablar de los
funcionarios de la Asamblea de nuestra ciudad y de sus
miedos. De lo que significa ser funcionario y de lo que
significa la famosa Relación de Puestos de Trabajo (RTP),
hasta hoy inexistente en nuestra asamblea. Una de las pocas
administraciones locales que carecen de ella en toda la
nación. Y por ello, hablaremos de lo que verdaderamente
significa ser funcionario y de la necesidad de la existencia
de una RTP, al tiempo de las ventajas que suponen tanto para
el político de turno como para el sindicalista, su
inexistencia. Empecemos por lo que verdaderamente significa
ser funcionario y lo basaremos en un pequeño análisis de su
situación frente a los políticos y sindicalistas a los que
tantas veces deben enfrentarse. Porque ser funcionario no es
más que una monocracia que no necesita de la voluntad de
obediencia a un mal llamado patriarcalismo basado este
ultimo en una organización de carácter básicamente económico
que permite su dominación burocrática.
Por el contrario el funcionario opera en una estructura
organizada que se basa a los siguientes criterios: Son
libres y solo están sometidos a sus obligaciones oficiales
impersonales: están organizados en una jerarquía de cargos
claramente definida; existe una clara delimitación de sus
competencias oficiales; son seleccionados sobre la base de
una cualificación técnica; son remunerados con sueldos
fijados oficialmente; se establece una carrera
administrativa, con un sistema de promoción y para finalizar
entre otras cosas, el funcionario esta sometido a una
disciplina estricta y sistemática y a un control de su
comportamiento en el cargo. Bien hasta aquí, alguno de los
rasgos que definen al funcionario.
Sin embargo, la inexistencia de una estructura definida,
llamase Relación de Puestos de Trabajo, perturba totalmente
dichos rasgos de individualidad y sujeción del funcionario a
los políticos y sindicalistas. Así, desaparecen las
obligaciones oficiales impersonales; no están sometidos a
una jerarquía claramente definida; no existe la delimitación
de sus competencias oficiales; no son seleccionados por su
cualificación técnica; sus remuneraciones no están sujetas a
criterios impersonales; el sistema de promoción se somete al
capricho de los políticos y sindicatos; y su sometimiento no
es a una disciplina estricta y sistemática, sino que depende
del capricho de otros que unilateralmente deciden sobre
ellos. Y todo ello, porque a los políticos y a los
sindicalistas son los únicos a los que no se les requiere
ninguna cualificación técnica.
Esta falta de cualificación técnica por parte de algunos, y
la inexistencia de una relación estricta de sus puestos de
trabajo, permite el abuso sobre la profesionalidad y
eficacia de los funcionarios, que se ven sometidos al
capricho de quien en su momento ostente el llamado poder de
decisión política o sindical. Y esto es, a lo mejor, la
única razón por la que todo intento de implantar una
relación de puestos de trabajo en la asamblea de Ceuta, se
vea siempre abocada al más absoluto fracaso. Solo se busca
una relación de puestos de trabajo que no sirve para nada.
¡No interesa, perder el poder de dominación!
No es de extrañar, conforme a lo anterior ver como existen
puestos de habilitación nacional ocupados temporalmente y de
forma accidental, y la gran interinidad que se mantiene
actualmente, ya que su inseguridad les obliga a depender de
aquel que los nombra, y por tanto obligados a cumplir sus
deseos.
Consecuentemente, una de las promesas electorales del
Partido Libre Ceutí, es la implantación de una Relación de
Puestos de Trabajo, que tanto precisa la asamblea para
consolidar a sus funcionarios en sus puestos de trabajo y en
sus derechos, reduciendo al máximo la interinidad (otra bota
sobre la libertad del funcionario), consolidando a todos en
sus puestos de trabajo dándoles seguridad y libertad en su
función. ¡Como es su derecho!.
*Candidato del Partido Libre Ceutí
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