Jefe, la noticia ocupa las
primeras páginas de los rotativos y de los telediarios de
toda España; Monedero dimite alegando que Podemos ya es como
la casta. Qué le parece el asunto de esta dimisión, jefe.
Pues algo muy normal que se veía venir de un momento a otro.
Desde un principio mantuve la idea de que Podemos, tenía el
efecto gaseosa. O sea que salía con una fuerza imparable
pero que, poco a poco, esa fuerza se iría debilitando, tanto
en cuanto, todo lo que decían que iban a hacer, de gobernar
este hermoso país, en su mayoría era poco menos que
imposible cumplir. Y lo que tenía que pasar pues a pasado;
ni más ni menos, eso estaba más cantado que “macarena”.
Por tanto esta ruptura estaba más que cantada en la cúpula
de Podemos, que el pasado viernes exteriorizó de forma
definitiva su fundador, Juan Carlos Monedero. Esto no es más
que la consecuencia del enorme vaivén ideológico con lo cual
el partido, animado por las encuestas y por su ambición de
poder está cambiando su perfil del socialismo bolivariano,
por una versión burda de la socialdemocracia nórdica.
O sea, con claridad meridiana, enano para que te enteres de
una vez por todas y me dejes tranquilo, en sólo unos meses,
Podemos ha dejado de citar a Marx y a Lenin, en ocasiones a
Hugo Chávez, para tener como referente a Olof Palme. Mira
para que lo entiendas, porque eres duro de mollera, donde
antes decían digo ahora dicen Diego.
Jefe, qué consecuencias puede tener para Podemos la dimisión
de Juan Carlos Monedero.
Pues, fíjate como son las cosas, con la marcha de Juan
Carlos Monedero, hasta te diría que ha dejado a Podemos
partido por la mitad. Cuando Podemos apenas ha llegado a
tomar parte en la política y se prepara para las próximas
elecciones Autonómica y municipales, además de las próximas
elecciones Generales sufre una gran crisis política cuyos
efectos pueden ser devastadores para el partido, sobre todo
porque sus señas de identidad ideológicas se han desvanecido
desde hace meses y, en los momentos actuales, sus seguidores
no saben en que campo de la política quieren jugar.
Las apariciones de los dirigentes de Podemos, sobre todo las
de Pablo Iglesias, en la pequeña pantalla alcanzaron un gran
éxito por la gran capacidad que tiene el líder de Podemos de
enamorar a las cámaras. Pero todo esto se ha ido
desvaneciendo, cuando dejaron de habar de Hugo Chávez y sus
satélites, para tratar de parecerse a Felipe González.
Y lógicamente había que ser muy ingenuo para tragarse, de la
noche a la mañana, éste travestismo político realizado por
Podemos. Hay que esperar a ver qué es lo que propone ahora
Podemos para aspirar a representar al pueblo soberano,
después de si ya no se atreven a ser el azote de todo abuso,
corrupción e injusticia social.
Mal camino lleva Podemos, con la marcha de Juan Carlos
Monedero, que hasta puede resucitar a IU. Y, naturalmente,
para ese viaje no se necesitan alforjas.
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