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La consejera de Presidencia,
Yolanda Bel, dio a conocer este lunes las líneas maestras
del Plan de Empleo 2015-2016 que gestionará la Ciudad
Autónoma con un presupuesto de más 11 millones de euros y
que servirá para contratar a 1.121 personas que trabajarán
durante nueve meses. Una buena noticia sin duda para muchos
ceutíes que atraviesan una situación económica difícil, y en
muchos casos insostenible. Pero el reto en Ceuta sigue
siendo el superar los bajos niveles de cualificación
profesional y sustituirlos por los óptimos niveles exigibles
de competencia profesional, sin limitar el crecimiento en la
educación y la formación. En este sentido, es fundamental
mejorar la coordinación del conjunto de políticas activas,
especialmente, las de orientación y formación.
Esta crisis ha puesto de relieve nuestras debilidades: un
sistema productivo muy dependiente del consumo prescindible.
Un sector de la construcción muy vinculada a la especulación
financiera. Una capacidad productiva muy vinculada a
sectores de poco valor añadido y escasa incorporación de
conocimiento. Unas instituciones que no corrigen un alto
carácter pro-cíclico de nuestro mercado de trabajo, que
genera una insostenible dualidad entre los que tienen empleo
estable y los que no. Además de un muy bajo nivel
profesional en la mayor parte del empleo.
Por ello, la dimensión del desempleo y, por encima de todo
ello, los retos estructurales de nuestro mercado laboral nos
exigen más acciones que aumenten la eficiencia de los
servicios de empleo y supongan más protección social. El
diálogo social y el compromiso del Gobierno lo pueden
conseguir, pero para ello las soluciones deben ser
compartidas por las personas y las empresas.
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OPINIÓN / EDITORIAL
